#TBT2018: Francia y el Real Madrid, los reyes del fútbol

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Un año da para todo. Durante 365 días estuvo el balón rozando la hierba y meciendo las redes. Sin excepciones. Europa volcada, América enloquecida, Asia inquieta… en todas partes se juega con pasión. No en vano le dicen al fútbol el deporte de las multitudes. Se fue 2018 y, como siempre, la temporada estuvo coloreada por los escudos de equipos ganadores, con el aliciente del Mundial y el éxito francés en suelo ruso.

Vayamos por partes. Los dos torneos más importantes del año fueron, sin dudas, la propia Copa del Mundo y la UEFA Champions League. En Moscú, la tropa de Didier Deschamps volvió a tocar la gloria, después de su corona como local en 1998 con una generación de oro liderada por Zinedine Zidane. Esta vez, con un estilo muchísimo menos vistoso y un pragmatismo muy efectivo, lograron hacerse imbatibles y levantar el trofeo.

Antoine Griezmann fue el líder. El discípulo del Cholo llevó a la selección francesa lo aprendido a orillas del Manzanares, corrió como el que más y dirigió cada una de las acciones ofensivas. No brilló a los ojos del aficionado común. La gente pide goles o, al menos, jugadas distintas. A Antoine le sobra calidad para lucirse, pero jugó con pensamiento colectivo. Fue su gran acierto y tácticamente su aporte resultó invaluable.

Junto a él, Deschamps construyó un once rocoso, invariable a veces, con Giroud, el nueve que no marcó goles, realizando un trabajo excepcional de espaldas al arco, acaparando marcas para refrescar el juego por las bandas y ofrecer vía libre a los laterales Lucas Hernández y Benjamin Pavard, quizás las dos revelaciones. El técnico blue tuvo la osadía suficiente para dar oportunidades a jugadores inexpertos y estos le correspondieron a la altura de una selección campeona. El resto de la historia es conocida. París fue una fiesta cuando la copa del Mundo brilló tanto como la Torre Eiffel.

Europa, territorio blanco

Continuó en sus andadas el Rey de Copas. Foto tomada de Trome.

Si el mundo fue azul en julio, Europa volvió a teñirse de blanco en mayo y el triunfo madridista en la Champions amenaza con convertirse en tradición. Tres temporadas Zidane ocupó el banquillo del Bernabéu y en las tres la Orejona desembarcó en Cibeles. Con flor o sin flor. No fue el Real Madrid de la quinta del Buitre, ni la apisonadora que paseaba por Europa con Di Stefano a la cabeza. Los merengues pasaron de ser un conjunto aplastante a uno dubitativo por momentos. Sin embargo, la tredécima ya reposa en el Bernabéu.

Tener a Cristiano Ronaldo es un plus adicional. Podrá andar mal el portugués, su velocidad no será la de antes y será incapaz de irse de alguien en las bandas, pero los goles se le caen. Siempre está en el lugar exacto en el momento preciso. El Madrid acusó su ausencia en Liga, pero Europa es otra cosa. Allí volvió a plantar la bandera y sin la exquisitez de otras ediciones, apeó a todos sus rivales hasta levantar la copa.

Culminó la Champions y pocos días después de las celebraciones, los dos grandes artífices del éxito, Zidane y CR7, anunciaron su marcha. Vilipendiados a veces, indispensables a posteriori, el club quedó sacudido. Florentino ya no tiene el poder de reacción de antes y su respuesta jamás llegó. La temporada actual va develando las flaquezas del vigente rey continental. Sin embargo, ya lo hemos visto, Europa es territorio blanco y mayo está al doblar de la esquina.

El guardiolismo arrasa en las dos mejores ligas

Pep se ha convertido uno de los técnicos más exitosos de este siglo. Foto: Getty Images.

Guardiola ha marcado una época. O al menos su estilo, heredero fiel de las ideas de Cruyff. En España, ganó su Barcelona, quizá el más alejado de sus ideas desde que abandonara Cataluña hace ya más de un lustro. Con Valverde de timonel, los culés arrasaron en la Liga y se llevaron, además, la Copa del Rey en la despedida de Andrés Iniesta. Los azulgranas aventajaron en 14 puntos al Atlético para, de paso, confirmar su hegemonía casi constante en la liga doméstica.

El actual equipo de Guardiola, el City, fue otro que ganó de forma aplastante, viendo desde la cima como su más cercano perseguidor, el United, quedaba ¡19 puntos! por debajo. Los citizens reunieron 100 puntos en una temporada histórica, mas en la actual ven de reojo como el Liverpool de Klopp le ha quitado el protagonismo. En las otras dos grandes ligas, poco que comentar. La Juve y el Bayern levantaron una vez más la copa, como el PSG en Francia. Triunfos insulsos marcados por la costumbre.

América roja y blanca

River Plate volvió a levantar otro trofeo de este tipo. Foto tomada de Radio Sport.

Por último, en la que muchos bautizaron como la “final del siglo”, River ganó su cuarta Copa Libertadores (en la tierra de los conquistadores, por cierto) ante su eterno rival, Boca Juniors. Los millonarios se impusieron en un enfrentamiento ensuciado por la polémica suspensión del enfrentamiento de vuelta en el estadio Monumental de Buenos Aires debido a la violencia de los barras bravas bonaerenses.

El Santiago Bernabéu acogió el choque definitivo y, con mucha más pasión que fútbol, ambos conjuntos regalaron un espectáculo memorable a los amantes de este deporte. Sin embargo, los xeneises querrán olvidar cuanto antes este episodio negro de la historia. La hinchada de Boca todavía no ha logrado cicatrizar la herida.

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