7 razones por las que «Masterchef Junior» no es para niños

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Desde la salida al aire de la versión británica de 1990, Masterchef ha sido un concurso de cocina muy exigente. Actualmente es producido en más de 40 países, donde se mantiene el mismo formato, el principal “MasterChef” para amateurs mayores de 18 años; “MasterChef: Profesionales”, para profesionales de la cocina; “MasterChef Celebrity”, cuyos participantes son celebridades reconocidas; y “MasterChef Junior” para pequeños de entre 8 y 12 años. Este último programa, pensado especialmente para el disfrute de toda la familia, hace que los niños se entusiasmen por este mundo.

Animales vivos y otros platos polémicos que has visto en MasterChef España

Los programas que buscan a los mejores cocineros de España tienen mucho para analizar. Antes habíamos visto algunas de las polémicas en las que se han visto envueltos los competidores y sus platos. Esta vez solo nos centraremos en la edición Junior y compartiremos siete razones que demuestran que no es el mejor ejemplo para niños, ni como concursantes, ni como telespectadores.

  1. El horario en que se emite. En ocasiones comienza a las 10 de la noche y, por su duración, acaba cerca de la medianoche.
  2. Explotan el factor psicológico de la presión, por lo que es difícil que algún concursante no llore en un momento crucial del programa (culminar un plato, prueba de exteriores o eliminación). Aunque luego siempre se vea a los jueces animándoles a parar las lágrimas.
  3. Exigencia por partida doble: por un lado, las valoraciones de los jueces y las reglas de concurso, por otro, autoexigencia. Un ejemplo claro es el caso de las quemaduras, cortadas y otros accidentes que ocurren en cocina y, entre lágrimas a veces, los niños deciden seguir cocinando.
  4. Como reality, desarrollan la competitividad, al punto que los obligan a utilizar las ventajas que les otorgan, a unos en detrimento de otros.
  5. El momento final -una vez seleccionados los expulsados- es el premio de consolación (regalos, juguetes) donde pretenden, prácticamente, que los niños olviden lo anterior y expresen lo positivo que se llevan del concurso.
  6. El alcance mediático y la manipulación a la que son sometidos es otro tema. Muchos niños deciden participar en los castings para seguir a sus ídolos (anteriores concursantes); otros son llevados por los familiares debido a la repercusión del talent show.
  7. Al ser un programa cuya audiencia ronda los dos millones, la exposición pública a los elogios y críticas es algo con lo que los niños deben aprender a lidiar, pues se convierten en famosos. Según testimonios de psicólogos, a esa edad aún no están preparados para asumir la gestión del éxito, por lo que todo depende del apoyo de los padres.

Bonus: en las redes sociales también se critica muchísimo el método de selección de los concursantes.

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