«Me curé fumando» y otros INSÓLITOS anuncios publicitarios

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«Caballero, ¿le duele la cabeza al meterlo?» y otros ejemplos de publicidad en Cuba

La publicidad es una parte de la comunicación que busca atrapar a la audiencia con mensajes atractivos para conseguir que un producto tenga éxito comercial, da igual si es más o menos provechoso.

Si miramos un poco al pasado, podríamos encontrar que no siempre la publicidad estuvo enfocada en promover hábitos y conductas que hoy entendemos como correctos. Antes, con tal de “enganchar” a la gente con algo, muchos profesionales del diseño solían usar recursos bastante agresivos, mucho más que cualquiera de los que vemos actualmente.

Si usted es de los que se ruboriza con los anuncios de la compañía de condones Durex, pues aquí le traemos una lista que le hará ponerse color “extintor”.

Los médicos de hoy no se cansan de hablar de los beneficios de la actividad física y de mantener un peso corporal que esté acorde con nuestra talla. Sin embargo, antes, cuando la imagen “Michelin” estaba más de moda que nunca: tocaba, al parecer, abrazar las “masitas” como la maravilla del siglo y dejar eso de la flaquencia a los enfermos y los pobres.

La gente de Bayer ha creado verdaderas joyas farmacéuticas, como es el caso del celebérrimo ácido acetilsalicílico, o sea, la aspirina. Tal ha sido la fama de ese medicamento, que a la empresa alemana se le conoce popularmente como “la marca de la aspirina”, aunque hay otros productos suyos que no han trascendido tanto. Aquí arriba vemos un curioso jarabe para la tos y la bronquitis, de cuya efectividad no dudamos a la hora de aliviar esos síntomas, pero puede ser que también ocasionara una adicción insana en los nenes de entonces. Por si acaso, si fuera usted, yo de esto no me tomaba ni siquiera “la dosis exacta”.

La conocida campaña ochentera de “Si bebes, no conduzcas”, protagonizada por el famoso músico Stevie Wonder, le hubiera parecido al creador de este anuncio una verdadera locura. Para estos señores darse un “toque” era lo máximo para irse de paseo, sobre todo si el tramo era largo. Nada, que los test de alcoholemia le arruinaron la vida a los pobres diseñadores de Coñac 103.

Vamos a ver, compañeros, no se puede andar por ahí diciendo que el vino en dosis moderadas está bien, y luego incitar a la gente a tomarse ¡tres cuartos de botella por comida! O ustedes tenían una tolerancia enorme, o necesitaban salir de un lote cercano al vencimiento, porque de otra forma no se entiende esta promoción.

Esta es una joyita de todos los tiempos: un cigarrillo para curar el asma. Será que por eso la gente asmática sufría tanto hace décadas, ¿no? Lo otro gracioso es que en ninguna parte del cartel se aclara cuál es el “bálsamo” que viene dentro de los susodichos fumables. Luego se supo que se trataba de una mezcla entre estramonio, una planta venenosa y cannabis, nombre científico de la marihuana ¡Sufre Galeno!

Es natural encontrar en cualquier establecimiento un cartel que diga algo así como “Prohibida la venta de bebidas alcohólicas a menores de 16 años”. Pero eso es ahora, porque antes se usaba, en muchos lugares, ir adaptando a los niños a “empinar el codo” desde edades tempranas. De otra forma no se explica que Cruzcampo y San Miguel promovieran sus cervezas con imágenes que, de verlas hoy, les harían morir de la vergüenza.

René Pontoni era uno de los mayores cracks del balompié argentino en los años 40. Luego, incluso, fue comparado con una superestrella como su compatriota Alfredo Di Stéfano. Dudo mucho que él, quien fuera jugador de clubes como Newell’s Old Boys y San Lorenzo, obtuviera algún beneficio de las Caravanas que se fumaba. Eso, a menos que tuvieran algo que ver con los “balsámicos” tratamientos del Doctor Andreu, porque ahí sí que no lo paraba ni la policía.

Pareciera que el señor de la izquierda no está muy de acuerdo con lo que dice esta publicidad, sobre todo porque su amigo, el “bárbaro” de la escopeta, no parece haberse dado cuenta de que, además de su trofeo, está apuntando su arma hacia otro “trofeo”, tal vez más importante que el primero. En todo caso, habría que preguntarle a Leurys Pupo si fue un traguito antes de la competencia lo que le convirtió en un soberano campeón olímpico, o si fueron las horas de práctica sin balas en el campo de tiro.

Sobran las explicaciones. Baste con decir que si Pablo Escobar tuviera un perfil en Facebook, le daría “Me encanta” a una publicación como esta.

Para cerrar, un ejemplo positivo, que ni siquiera el mismísimo Pablo Milanés, autor de aquel tema de “Ámame como soy, tómame sin temor…”,  hubiera podido superar. Esta pancarta, obra del catalán Jaime Valls, promueve el uso de un producto anticonceptivo masculino en plena primera mitad del siglo XX cubano. Si eso no es revolucionario, que me aspen.

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