Ejercicios de natación al aire libre (+ Fotos)

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Fotos de Sunjong Lee en Ejercicios de natación al aire libre. Foto: Cortesía de los curadores.

Hay, ahora mismo, en una de las paredes de la galería del Centro Cultural Cinematográfico “Fresa y Chocolate”, una pequeña foto que resalta entre otras treinta y tantas de pequeño formato (15cm x 15cm), que muestra un andén vacío. Debajo se puede leer un breve comentario: «Nadie llega/Nadie se va». Aunque escogida al azar, esa pudiera ser una buena introducción a Ejercicios de natación al aire libre, la exposición colectiva que por estos días se exhibe en dicho centro como parte del programa de exposiciones colaterales de la Bienal de La Habana.

Los ejercicios, cinco en total, que funcionan como pequeñas incisiones o marcas en el espacio, comments provocadores, constituyen una rara avis dentro del panorama artístico cubano. Para empezar, cuentan con una artista norcoreana dentro de la nómina, Sunjong Lee, cuyo trabajo es, según los curadores de la muestra, Gabriela Román y Miguel Rey, “fundamental para entender la transformación radical que viven nuestras ciudades”.

De la artista norcoreana sabemos poco. Tuvimos acceso a una entrevista reciente. Sabemos que la primera vez que vino a La Habana llovió demasiado y se quedó en la habitación de un hotel viendo una serie retransmitida.

En aquella conversación, Lee había compendiado su obra: “me interesa demarcar un trayecto, y la operación de unir los puntos. Tienes una calle, una plaza, un baño, y luego buscas un sujeto con el que construir, a la distancia, dos pensamientos, el visible y el invisible, el de acá y el de allá. Supongo que por eso en mis obras los tiempos y los espacios se mezclan y confunden, y por eso los sujetos se desplazan, para construir la experiencia en la que se van a comprometer. Estos viajeros, además de testigos, tienen una singularidad: llevan puestos los anteojos de la ficción, pero como el viaje es accidentado, la verdad es que no ven demasiado bien. Me gusta, por otro lado, alejarme del punto de vista de las víctimas, de la épica, de la nostalgia, de lo vintage y del lugar común. Prefiero desfigurar, extrañar, de modo que se devele algo que parecía oculto”.

Las fotos de Lee que aparecen en Ejercicios de natación… se engrandecen a partir de lo cinético. Los espacios no son lo que parecen. Los textos desvirtúan las imágenes. Las personas parecen marcharse constantemente, como si marcharse tuviera, de alguna forma, un sentido estricto y/o marcial.

La artista norcoreana acapara los itinerarios a partir de gestos que parecen deconstruidos. De la deconstrucción trata el sentido estético de Lee. También de lo perecedero:

En una imagen vemos a un norcoreano sentado en un asiento de un estadio. Las sillas, a su alrededor, están vacías y tachadas con algo similar a una crayola o un bolígrafo. Hay seis butacas que aparecen entre corchetes. Debajo de la imagen, un texto: “[reservado previamente por LA FAMILIA]”. Punto.

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Instalación sonora de Ricardo Martínez. Foto: Cortesía de los curadores.

Otro ademán de Ejercicios de natación… se ejecuta a partir de dos dispositivos. Son instalaciones sonoras de Ricardo Martínez. La primera, una especie de fotografía sonora: capta el sonido ambiente en un espacio de tiempo de 50 segundos y luego lo superpone a grabaciones anteriores tomadas en el mismo lugar. Es una transposición que no acaba nunca. Hace tres días, por ejemplo, se escuchaba como un aire acondicionado.

La otra instalación está en el baño. Se llama Presencia. Abres la puerta del baño y no notas nada. Si te demoras un poco, los decibeles del sonido podrían aumentar hasta que decidas cerrarla de un portazo ¿Nunca has bregado con algo así? El portazo, digamos, es la manifestación concreta de un movimiento. La molestia es un movimiento, un trayecto eminentemente sensitivo.

Hay, además de todo esto, dos nylons negros enmarcados con textos en amarillo que recuerdan un poco al Perec de Especies de espacios, un buen punto de partida para iniciar el breve recorrido de los Ejercicios… Se trata, en este caso, de las posibilidades de ocupar un espacio, pero, sobre todo, de la necesidad de marcarlo, para crear una especie de evidencia de la apropiación. Quizás por eso en el otro extremo de la galería aparece un cuadro con links de Instagram escritos a lápiz sobre un papel, como el modo más directo de dejar constancia de algo.

El link era una adaptación contracultural hasta que pasaron unos años y se convirtió en el rudimento más exacto para la teletransportación. En esos links de Instagram van parte de los esbozos de Ejercicios de natación al aire libre: vistos desde un entorno hostil -el papel- los trayectos se vuelven difusos, primarios. Se vuelven tan rústicos que, a pesar de que no lo asumamos así: los lugares se van pareciendo cada vez más a las experiencias.

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«Lo que pasa cuando no pasa nada» ya no está en las afueras del Ten Cent. Foto: Cortesía de los curadores.

Se puede decir que Ejercicios de natación al aire libre comenzaba en el Mercado Variedades 23 y 10. Variedades 23 y 10 es, de alguna manera, el Ten Cent. Allí se habían intervenido las vitrinas con seis espejos cubiertos casi por completo por el recurrente color amarillo, dejando espacios en blanco para un texto en el que la gente se podía mirar. “Lo que pasa cuando no pasa nada”, era ese texto, que vio pasar por algunos días a miles de personas. En la galería también se proyecta un video de lo que pasa cuando no pasa nada; esto es, básicamente, la gente caminando de un lado para el otro, los carros pasando, la vida sucediendo. Una niña se zafa de la mano de sus padres para ver, extrañada, su reflejo; un grupo de jóvenes pasa rápido sin percatarse de nada; la gente en la cola de los huevos lee, por un momento, ese texto, y lo olvida; una bicicleta parqueada deja de ser un objeto inanimado para cobrar algo de vida; alguien se queda con esa idea en su cabeza por un rato más.

De ese modo se cerraba esa idea que le escribían a Sunjong Lee en una especie de carta, también expuesta, en la que le comentaban que “últimamente todo ha sido un constante adentro-afuera”. Los espejos han sido retirados de las vidrieras, sin que las razones hayan quedado muy claras. De cualquier manera, el video se sigue proyectando en la galería. Allí, mientras la gente pasa, se puede ver que, como dicen las palabras del catálogo, “para nadar bien, verdaderamente bien, es necesario concentrarse solo en el movimiento”.

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P.D: Dos formalidades:

(I) Puedes visitar este espacio en el Centro Cultural Cinematográfico “Fresa y Chocolate” todos los días de 9:00 am a 5:00 pm, hasta la clausura de la Bienal.

(II) El proyecto surgió como resultado de la colaboración entre Ensayo Cero (plataforma cultural enfocada en la promoción de creativos, diseñadores, artistas, desde una visión interdisciplinar, cooperativa) y spam. (publicación independiente que busca innovar en las formas de promoción y socialización del arte y la literatura contemporáneas).

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Una de las imágenes de Sunjong Lee que aparece en la expo. Foto: Cortesía de los curadores.
Foto: Cortesía de los curadores.
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