Canción de Flow y Fuego: Capítulo IV (El rey)

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Aegon Targaryen, Guillermo el Conquistador, Carlos V, Luis XIV, Napoleón… todos hubiesen palidecido de conocer la historia de ese otro rey que fue para el reguetón cubano Elvis Manuel Martínez Nodarse. Elvis Manuel, primero en su nombre (se dice que un tal Elvis Presley también fue rey, aunque de otros dominios), nacido en las nobles tierras de Arroyo Naranjo, no había alcanzado aún los veinte años cuando fundó el reino del reparto. Tampoco cuando murió de manera repentina, dejando su trono vacío y una corona hueca hasta que alguna testa digna pudiera llenarla.

Es difícil esbozar la biografía de un rey con un mandato tan corto, pero, por suerte, Epistolario con Pistola, el best-seller de Chocolate MC, arroja algunas pistas para reconstruir su figura.

Como decíamos, el rey Elvis nació en las distinguidas tierras de Arroyo Naranjo, aunque sin título nobiliario alguno. Cuentan que tenía aura de soberano, que mientras otros bailaban trompo o chocaban canicas, Elvis practicaba cetrería colombófila; que mientras otros muchachos -evidentemente nacidos para plebeyos- ponían a pelear en sus Game Boys a los infantiles pokemones, él prefería la lidia clandestina de gallos finos. El futuro monarca no contaba con sangre ni recursos de patricio, pero sí con la aspiración de convertirse en uno, y lo consiguió a su manera.

Sus primeras canciones las logró de manos de quien se consideraba una suerte de prodigioso hechicero de las consolas de DJ que se hacía llamar “Jerry”. Junto a él, Elvis produjo unos pocos temas que vinieron a ser su espada sacada de la roca, su proclamación como rey absoluto del género en una época donde apenas se vislumbraba una competencia seria por el trono. Aspirantes había, muchos ya encumbrados y con los bolsillos llenos, pero ninguno lograba sobrepasar la sumatoria cuantitativa de éxitos y dar un salto cualitativo -hablando en términos socio-reparteros- hacia el reguetón en su estado puro. Ya lo había predicho Carlos Marx en su inédito La Tropical:

“El reparto será el reguetón proletario. Solo el repartero tiene en sus manos las herramientas (micrófono, bocina bluetooth, AutoTune y maldá) para instaurar un nuevo orden mundial”.

Marx también predijo que un repartero ganaría varios Grammy, pero eso aún no ha sucedido y, según algunos, es tan solo una utopía.

A diferencia de las metáforas y parábolas rústicas usadas por los proto-reguetoneros, las del rey Elvis suponían un salto evolutivo en materia de sofisticación. Según los exégetas del reparto, los recursos expresivos de las letras de Elvis, esos que le hicieron ser el rey indiscutible de las calles, podían rivalizar de “tú a tú” con clásicos antiquísimos como La Nueva Trova –género que no supo actualizarse y terminó siendo, según los reparteros, La Misma Trova. Expongo aquí el siguiente fragmento extraído de mi tesis de doctoral ¿QUÉ REPARTEN LOS REPARTEROS? (2010, p. 666):

“Los versos de Elvis Manuel beben de manera evidente de la poética aristotélica. Tal es así, que supo hacer de su vida una obra regida por este canon y darle a su corta trama un final trágico. No obstante, es apreciable también una crítica inteligente, una erudición y un desempeño dignos de la sapiencia de un soberano tan absolutista como brillante. En La tuba, por ejemplo, el rey Elvis usa la metáfora del quiebre en dos y tres pedazos de un instrumento musical, en clara señal del rompimiento de la lírica clásica con la posmodernidad. Esto último lo reafirma con esa estrofa que habla de cómo él lastimó al La menor, tonalidad melancólica usada por Beethoven en Para Elisa y por Chopin en su Vals Op.34 No2. De igual forma, Elvis le cantó a situaciones de la vida cotidiana cubana (como el auge de los DiTú), y hasta a problemas de política y economía internacional, como la extracción desenfrenada de combustibles fósiles”.

El breve período «elvismanueliano» dio paso a una lucha desenfrenada por el poder que él llegó a ostentar. Las monarquías cayeron entonces en desuso y se dio paso a una etapa más democrática, en la que unos y otros luchaban por mantenerse en la cima de un género subdividido. El reparto, como sistema autoritario, tardaría en volver. Pero esa historia corresponde a otro capítulo.

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2 Comentarios

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  1. Qué manera de reírme. Buenísimo el texto y todos los que vinieron antes. Espero que El Profesor Bizarro siga escribiendo cosas así durante mucho tiempo

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