#checkpoint: «Fishdom»: un match-3 para desconectar

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Captura de pantalla de Fishdom.

Llevo varios meses pensando si le dedico un espacio a Fishdom (2008), uno de los tantos títulos de la empresa detrás de la saga Gardenscapes. Es obvio que cuando hablamos de Playrix, lo primero que viene a la mente es Austin y sus escenarios esperando ser reconstruidos o redecorados. Sin embargo, Fishdom lleva más de 15 años en el mercado, primero bajo la égida de otra todopoderosa de antaño, Big Fish Games, y ahora con Playrix. Hoy es un juego que cuenta con más de 10 mil niveles, y una dificultad que escala al punto de volverse desesperante (y hacernos sospechar que estamos ante un malvado pay-to-win).

Fishdom es un match-3 clásico, al estilo de Candy Crush (2012, King). La mecánica es simple: el jugador debe hacer coincidir tres o más piezas de la misma forma y color para eliminarlas; los objetivos van cambiando a medida que progresa la partida (recolectar una cierta cantidad de elementos, liberar criaturas atrapadas o completar un puzzle especial). Como otros juegos de match-3, Fishdom introduce nuevas piezas y elementos que, si bien no cambian la mecánica, sí nos obligan a repensar y modificar estrategias para avanzar hacia otro nivel. Estas novedades no son solo obstáculos: un excelente ejemplo lo tenemos en las rayas eléctricas, fichas que cuando las combinamos con otras de su mismo color, destruyen objetivos del nivel.

Otras sí son obstáculos claros, como los volcanes o icebergs, que nos impulsan a jugar de una forma específica, al punto de que con los icebergs no podemos desenvolvernos de manera óptima, sino con movimientos alejados de este, o sin romper ningún hielo para que se generen nuevos y poder cumplir con la cantidad que nos piden. El diseño de niveles es el principal elemento que me ha mantenido enganchado por meses a Fishdom: cómo logran equilibrar entre unos más sencillos y otros más difíciles, cómo nunca sientes ese deja vu de “este nivel ya lo jugué”, y sobre todo, cómo dejan un pequeño espacio para que el azar pueda venir a salvarnos cuando estamos totalmente perdidos. Yo veo los match-3 muy parecidos al dominó, donde uno no tiene control total, pero sí el suficiente para tomar decisiones que cambien el rumbo de la partida.

Una de las mayores diferencias de Fishdom con otros juegos de puzles es su sistema de simulación de acuario. Después de cada nivel, el jugador puede usar las monedas ganadas para comprar nuevos peces, decoraciones y accesorios para adornar su pecera. Esta no solo es una forma de agregar personalidad a la experiencia, sino que también añade un elemento adicional al gameplay: mientras más acuarios adornemos y liberemos, más power ups (o poderes) obtendremos. Y los power ups son esenciales para superar los niveles de mayor dificultad.

Otro de los platos fuertes de Fishdom son sus eventos. En todo momento estamos participando en alguno de ellos y casi siempre en varios. Los más habituales son las Ligas, donde debemos recolectar perlas o rayos (a partir de explosiones); si deseamos participar activamente, priorizamos la obtención de estos dos elementos, y para lograrlo debemos modificar nuestro estilo de juego. Las Ligas reúnen varias divisiones y siempre premian a los 10 primeros jugadores con poderes; el objetivo real de estas es que juegues más horas. Lo mismo ocurre con todos los eventos: dispones de un tiempo limitado y para poder ganar debes dedicarle mucho rato; aun así, creo que hay mucho mérito detrás de tanta variedad que apunta al mismo objetivo: más horas de juego.

Captura de pantalla de Fishdom.

Se pueden destacar los eventos temáticos, que se centran en decorar un acuario y para lograrlo necesitas acumular fichas que obtienes al ganar niveles; estos además tienen una historia que vamos descubriendo a medida que los mejoramos. Otros eventos son competitivos multiplayers, como las ligas, pero centrados en llegar a una cifra determinada, como explotar poderes o ganar niveles; son muy exigentes porque te obligan a no parar de jugar, dado que otro jugador puede superarte en cuestión de minutos. Claro, también puedes realizar compras in-app y se vuelve mucho más sencillo, que es el objetivo final.

Es curioso cómo también utilizan una tercera moneda, una suerte de cupones, que solo sirven para comprar peces especiales, los cuales, a la vez, nos dan diamantes al comprarlos. Es esta una manera de motivar al jugador a buscar esos cupones (ganando niveles de un solo intento o como premios a eventos) y tenerlo enganchado. Todas esas dinámicas alrededor de los diamantes son esenciales, dado que la forma más sencilla de obtenerlos es a través de compras y con ellos podemos superar los momentos más difíciles.

No todo es maravilloso en Fishdom. El juego tiene publicidad del tipo «ves un video y recibes una recompensa» (aunque esto no está disponible para Cuba). Además, muchos niveles de las categorías «difícil» y «muy difícil» son casi imposibles de ganar, pues dependes mucho de que se formen poderes de forma aleatoria, y para esto hay que jugar el nivel una gran cantidad de veces (eso, o gastar dinero). Por otro lado, el juego tiene una opción Premium, donde obtienes mejores premios, más vidas y más diamantes si compras un Pase de Oro. Es opcional, pero está pensado para ser una experiencia más gratificante si pagas.

Los diamantes -la moneda fuerte del juego- son muy difíciles de conseguir si no es pagando; los obtienes como premios al ganar niveles difíciles, decorar el acuario o gracias a determinados eventos. Para ser un juego gratis, es claro que debe acudir a otros métodos para buscar el dinero del jugador y Playrix es experto en esto, aunque la mayoría de las veces se siente como si te estuviesen obligando.

Fishdom también es muy famoso por su falsa publicidad. Como muchos otros títulos, se promociona en distintos sitios (como YouTube) con imágenes de los minijuegos, los cuales apenas aparecen cada una gran cantidad de niveles, y ni siquiera es obligatorio jugarlos (pero conviene porque nos dan diamantes). Esto le ha traído numerosas críticas y con razón, ya que están mintiendo directamente para adquirir nuevos usuarios con un gameplay muy alejado del que ofrece.

Este no es el tipo de videojuego del que suelo hablar por acá. El tema es que Fishdom se ha convertido en parte de mi día a día como una forma de desconectar, jugar por puro placer. Entiendo que está pensado solo para monetizar, pero igual funciona perfectamente porque da con la fórmula de hacernos sentir bien. No piensas mucho, las mecánicas son muy sencillas y con apenas innovaciones. Un producto seguro que busca hacernos sentir en la zona de confort y luego presionarnos un poco para que hagamos alguna compra.

Trailer:

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