El cubano que fue figura del Real Madrid

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Chus Alonso durante su etapa en el Real Madrid.

Durante la última semana, tanto las redes sociales como algunos medios deportivos cubanos han enloquecido con la espectacular noticia de que un hijo de la Isla más grande del Caribe jugará en la Premier League inglesa, uno de los torneos nacionales más prestigiosos de toda Europa, y sin dudas el más competitivo de todos.

Onel Hernández, nacido en la central provincia de Ciego de Ávila, y formado como futbolista en Alemania, se convirtió en campeón de la English Football League Championship con el Norwich City F.C., resultado que lo convierte presumiblemente en el primer cubano que pisará una cancha de la máxima categoría del balompié en las Islas Británicas.

Aunque nadie le quitará el crédito por ser pionero en tierra de los inventores de este deporte, el talentoso extremo avileño no tendría el honor de ser el cubano que rompió la barrera de la Primera División en Europa, hecho que ya sucedió hace 84 años al otro lado del Canal de la Mancha.

Es 1934, y en España un joven habanero de 17 años viste la elástica del Real Stadium Club Ovetense. Hijo de asturianos, Jesús Alonso Fernández se había marchado muy joven con su familia rumbo a la Madre Patria, un lugar donde su amor por los balones y las canchas se convirtió en uno para toda la vida.

Chus, que jugaba en el mediocampo, estuvo bajo la disciplina de ese club solo un año, luego del cual cambiaría el aurinegro del Ovetense, por el azul del Real Oviedo, una de las instituciones históricas del fútbol ibérico.

Con los carbayones logró dar el salto a primera, y lo hizo pisando fuerte, pues en su primera participación oficial con la conocida elástica azul, Jesús anotó nada menos que un doblete en el triunfo de los suyos, por marcador de 4-2 frente a los vascos del Arenas Club.

El talento que empezaba a notarse en las maneras del pequeño (medía solo 1.74 m) interior derecho, hizo que en el mismo 1935 el Real Madrid, entonces un coloso en crecimiento, lo llevara a ser parte de sus categorías inferiores. Más tarde se iría cedido al Real Valladolid, aunque el inicio de la Guerra Civil Española (1936-1939) retardó su vuelta a la disciplina merengue.

No obstante, la espera de tres años valió la pena, pues con los blancos de la capital española llegó a convertirse en un ídolo de la afición, al punto de que su rapidez y habilidad con las piernas lo llevaron a ser rebautizado como “El rey del astrágalo”, nombre que recibe un hueso corto del pie.

Tal vez su momento más relevante como jugador del mejor club del siglo XX, sucedió el 28 de diciembre de 1947. El nuevo estadio del Madrid, que había sido inaugurado dos semanas antes en un duelo amistoso frente a los lusos de Os Belenenses, recibía al Athletic Club de Bilbao para un partido correspondiente a competición liguera. Ese día, frente a los Leones de San Mamés, nadie más que Chus anotó sobre la grama del reluciente Santiago Bernabéu, el primer gol del que se tiene referencia oficial en esa cancha.

A lo largo de nueve temporadas como miembro de Los Vikingos, a Alonso se le recuerda como uno de los interiores mejor dotados de la década del 40. Según refieren los historiadores, destacaba sobre todo por su gran zancada y una excelente capacidad para el juego áereo. Gracias a sus cualidades para el juego ofensivo, logró hacerse presente en el marcador hasta en 55 ocasiones, para así ubicarse en el puesto número 43 de los máximos artilleros de la entidad merengue, escalón que comparte con el español Juan Monjardín.

Tras su exitoso paso por la capital, en 1948 Jesús se marchó al Real Zaragoza. Defendiendo los colores de los aragoneses pasó dos años más, hasta que en 1950 decidió que era hora de colgar definitivamente los botines.

El día de su retiro, don Jesús Alonso Fernández acumulaba 159 participaciones y 65 goles en la Primera División de España. Por si fuera poco, con la selección nacional de ese país llegó a participar en tres encuentros (el primero contra Francia, el segundo frente Alemania y el último ante Italia), todos realizados a lo largo de 1942.

Después de su retiro, tuvo responsabilidades como directivo de la Real Federación Española de Fútbol y también de la Federación Castellana. Falleció el 9 de octubre de 1979 en Madrid, la ciudad que tantas veces se levantara a ovacionarle.

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Los otros siete cubanos que formaron parte del Real Madrid:

  • Armando Giralt (La Habana, 1884; autor del primer gol oficial de la historia del club),
  • Mario Giralt (La Habana, 1882)
  • José “Paché” Giralt (La Habana, 1883)
  • Antonio Sánchez Neyra (La Habana, 1884)
  • Fernando López-Quesada, también conocido como López-Bourbon (Cárdenas, 1890)
  • Enrique Ferrer (fecha desconocida)
  • Mario Inchausti (Santa Clara, 1915)
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