Cuando Enrique Molina, luego de 7 operaciones, nunca interpretó a Martí y pensó jubilarse

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Enrique Molina. Foto tomada de cubanosfamosos.com

En 1967, un joven de apenas 23 años daba vida a Lenin en El carrillón del Kremlin. Más adelante retomaría la interpretación del líder soviético en la serie de cinco cuentos, Relatos sobre Lenin, bajo la dirección de Lilian Llerena.

… y luego surgió un proyecto muy ambicioso, pero que, de haberse concretado, seguramente hubiera sido un éxito: la serie sobre la vida del Apóstol de Cuba, José Martí.

La directora sería la misma de los cuentos de Lenin; el guion lo escribiría Eliseo Altunaga. El elenco… sería más complejo.

“¿Podía aspirar un actor en Cuba a algo mayor: darle mi cuerpo y mi alma a Martí?”, dijo Enrique Molina a Juventud Rebelde hace algunos años.

El proceso para seleccionar quién interpretaría el rol principal fue muy complicado. No se halló un actor con rasgos similares a los del héroe, por lo que fue elegido Enrique Molina, quien, después de varios cambios y mucho maquillaje, se asemejaría ligeramente.

El primer reto estaba en el peso. Debía bajar 40 libras y, con una dieta extrema, perdió 42 en un mes. Tarea nada fácil. El actor comentó que hubo un día en que lo tuvieron que levantar del suelo, pues estaba desmayado, débil.

Luego vino toda la transformación estética, que corrió a manos del cirujano William Gil. El doctor pidió varias fotos del actor, para analizarlo desde diferentes ángulos. Más tarde anunció que no sería una, sino, como mínimo, siete operaciones: dos en la nariz; para separar las orejas; para rodar el nacimiento del pelo hacia atrás; levantar los párpados, abrir más los ojos; eliminar piel sobrante debido a la pérdida de peso.

Mientras permanecía durante siete meses en el Hospital Clínico Quirúrgico -en cada uno se sometía a operaciones con anestesia general-, la directora y el actor repasaban la obra martiana.

Cuando estuvo de alta, comenzó una fase de riguroso entrenamiento: ensayaba de 9:00 AM hasta 9:00 PM.

Lo que empezó con la idea de ser una serie de cinco cuentos sobre momentos puntuales de la vida de José Martí, había cobrado fuerza y ya se manejaba la idea de 15 largometrajes que se filmarían en 16 milímetros para la televisión, algo que implicaba una gran producción con altos costes de rodaje.

Este último parece ser el motivo principal por el cual, una fatídica tarde, en medio de los ensayos de doce horas, llamaron a Enrique desde el ICRT y allí le comunicaron, junto a la directora, que se cancelaba el proyecto, dos años y medio después de empezar. Acababa de comenzar el período especial en Cuba.

Lo siguiente el actor lo describe a Juventud Rebelde con dolor. “El trauma fue violento”. Hubo lágrimas, confusión, pero lo que más le dolió a Molina fue perder el sueño de interpretar a Martí. Se encerró en casa, pensó en jubilarse.

Por suerte, se convenció de que no todo estaba perdido. Fue a Camagüey a filmar unas aventuras y esta región le devolvió el ánimo. Luego fue el estelar Silvestre Cañizo en Tierra Brava (1997). Lo de los retos extremos con los personajes lo persigue: llevar maquillaje en el ojo para ese último rol, le valió una infección por estafilococos.

Nació en Bauta, pero sus primeros pasos en el mundo de la actuación los dio en Santiago de Cuba. Se interesó por este mundillo debido a una cuestión económica: se convirtió en padre muy joven, tenía una familia que sustentar y a los del grupo de teatro les pagaban bien. No tuvo una formación académica, pero aprendió de la mano de grandes como Raúl Pomares y Humberto Arenal. El Hombre de Maisinicú fue la primera película en que trabajó y con En silencio ha tenido que ser llegó su debut en series. Acumula gran cantidad de reconocimientos y una amplia filmografía, entre las que se destacan Barrio Cuba (2005), Páginas del diario de Mauricio (2006) y El Benny (2006).

Falleció el 3 de septiembre de 2021 debido a complicaciones causadas por la COVID-19.

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Un comentario

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  1. Enrique Molina es un ejemplo a seguir por la nueva generación de actores, su consagración y entegra total en cada personaje que encarnó, dice mucho fe su amor por la profesión y respeto por la misma, siempre vivirás en el recuerdo de todos los cubanos dignos que valoramos tu calidad humana y artística, serás un referente obligado en cada actor cubano, en aras de elevar su calidad artística.

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