La verdadera historia de los pasajeros cubanos del Titanic

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Foto tomada de El Español.

A bordo del RMS Titanic iban alrededor de dos mil doscientas personas. A causa del conocido choque con el iceberg, perecieron unas mil 500.

Los viajeros del transatlántico británico, por entonces el mayor de su tipo en el mundo, poseían diversas nacionalidades –y clases sociales, esto último lo aprendimos muy bien con la película de James Cameron.

Dos de los pasajeros que abordaron el Titanic, con el objetivo de llegar a Nueva York y, de ahí, continuar hacia su destino en la mayor de las Antillas, eran españoles naturalizados cubanos.

Uno asturiano y otro catalán que, como muchos, durante los años en que Cuba fue colonia de España, salieron del Viejo Continente a probar fortuna en el caribeño archipiélago.

Después de aclarar esto, conozcamos la historia de ambos.

Julián Padrón Manent

El primero ha pasado a la historia como uno de los diez españoles que embarcaron en el famoso transatlántico y, afortunadamente, como uno de los 710 supervivientes. Nació en un pueblo de Barcelona, en 1885 y, desde inicios del siglo XX se había asentado en una casa en La Habana.

Con 26 años y un boleto de segunda clase (SC/PARIS 2146), abordó el Titanic en Cherburgo, comuna francesa en la región de Normandía, la primera parada desde que zarpó de Southampton, Inglaterra.

Cuatro días después de su llegada, el barco colisionaría y él sería uno de los primeros en subir a los botes salvavidas, en cuanto inició la evacuación. Fue rescatado por el buque RMS Carpatthia y llevado a puerto seguro en Nueva York.

Durante la travesía, Julián conoció a una mujer española, otra de las supervivientes. Luego del suceso, se comprometieron, se casaron y se instalaron en Cuba, en la casa propiedad de Padrón. No tuvieron hijos. Sus cuerpos descansan en la Necrópolis de Colón.

Servando José Florentino Ovies y Rodríguez

Con 36 años de edad, precisan en la web de Cubadebate, el asturiano residente en La Habana se encontraba de vacaciones en Francia y decidió regresar en el viaje inaugural del Titanic. Se unió a la embarcación en el puerto de Cherburgo, el mismo que el anterior. A ambos los diferenciaba el boleto: Ovies poseía uno de primera clase (PC 17562).

Servando nació en 1876, en Avilés, ciudad del Principado de Asturias. Trabajaba para una firma familiar de importaciones que tenía base en La Habana. En la capital de Cuba vivía con su esposa e hijo.

Pudo disfrutar, hasta el momento del trágico suceso, de un camarote en la cabina de primera clase, de suculentos banquetes y se rodeó de los mejor de la aristocracia del buque.

Su cuerpo sin vida fue recatado del mar.

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