De ganar la Triple Corona a la fatalidad de un despido anticipado

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Elián Leyva con los Charros de Jalisco hace dos temporadas. Foto tomada de El Informador.

Después de su salida de Cuba vía legal, y antes de la temporada invernal de 2018, Elián Leyva había reportado buenas actuaciones durante su paso por la División de Honor española y los niveles AA y AAA de Ligas Menores con los Bravos de Atlanta. Pero algo le faltaba para que su nombre pasara de ser el de un lanzador más con presentaciones positivas y fuera tomado en cuenta como un pitcher que bien sabe lo que quiere, respaldado por una contundente campaña que silenciara a los incrédulos.

Fue en la temporada invernal de 2018-2019 cuando el mayabequense pasó de Elián Leyva a ELIÁN LEYVA. Su nombre comenzó y terminó sonando alto y claro, y como ven, escribiendo cada letra en mayúscula, en la Liga Mexicana del Pacífico, con los Charros de Jalisco. Con ese equipo debutó en el prestigioso circuito profesional azteca y con ellos jugó su segunda contienda invernal, después de una paliducha demostración representando a los Navegantes del Magallanes en el torneo venezolano de 2017-2018.

El derecho se apoderó de uno de los honores que cualquier serpentinero pretende mientras trabaje. Al término de la etapa clasificatoria consiguió lo que se pintaba para él, la Triple Corona, después de ganar seis partidos, dejar su efectividad en impresionante 2,02 y apuntarse 67 ponches en 75.2 innings (perdió dos choques, con 23 boletos y 59 hits). De golpe se metió en la historia del circuito del Pacífico, fue el quinto lanzador que obtuvo esa hazaña y el primero en tres lustros.

No fue poca la expectativa con la que los seguidores del plantel jalisciense recibieron al jugador de siete Series Nacionales en su segunda campaña, 2019-2020. Estaban pendientes de cuán capaz sería de acercarse a su formidable actuación del campeonato previo, pero una lesión en su brazo de tirar le cortó las alas y terminó con balance de 2-1 en siete encuentros y promedio de carreras limpias de 4,33.

Este año, como mismo les ocurrió a numerosos peloteros, Leyva no pudo jugar durante la temporada veraniega en un torneo de nivel reconocido. Sin embargo, contrario a muchos jugadores, sí logró ver acción en una liga, cuando se incorporó en la recta final de la Serie A1, primera división italiana, con el club UNIPOLSAI Fortitudo Bologna. Antes de la final trabajó en dos choques como abridor, no ganó, perdió uno y lanzó para 2,33.

En la discusión del título contra San Marino se pensaba que el cubano tendría protagonismo indiscutible, pero la realidad fue otra. En un duelo que se extendió a siete juegos, con la victoria de su elenco, él apenas tuvo labor en un desafío y no le fue bien, pues lo perdió después de caminar cuatro entradas, con cinco imparables, tres limpias, un boleto y dos ponches. Le batearon en ese compromiso .313 y su efectividad ascendió hasta 5.25.

Luego de ese fallido debut en el béisbol bambino, en el que no consiguió cumplir el propósito por el que fue contratado, aportar al cetro del Fortitudo Bologna, se dispuso a intervenir en su tercera contienda consecutiva en la Liga Mexicana del Pacífico, con los Charros de Jalisco. Previo a su estreno, me asaltó una sospecha: el campeonato 2020-2021 no sería nada bueno para el mayabequense.

Bastaron cuatro partidos para saber que la sospecha fue un hecho. En el comienzo de la justa los Charros creyeron en él, como siempre, y muestra de ello fue que le encomendaron abrir el encuentro inaugural, pero Elián flaqueó. Luego de dos aperturas y dos relevos, su promedio de limpias y el WHIP andaban disparados, 13,06 y 2.61 respectivamente, mientras acumulaba tres reveses y ocho boletos, 19 imparables y tres jonrones en tan solo 10.1 episodios.

Su última salida fue el 5 de noviembre y cuatro días después se enteró de su despido, cuando la entidad publicó en Twitter el siguiente mensaje: “Charros agradece a Elián Leyva su entrega y dedicación mostrada con el equipo durante las tres temporadas que vistió la franela albiazul. En ese lapso, ganó la Triple Corona de pitcheo en la 2018-2019, deja un récord de 8-6 y 106 ponches. ¡Éxito, Elián?!”. El serpentinero estadounidense Brennan Bernardino ocupó su lugar.

No conocemos los motivos del descenso en su rendimiento que provocaron esa baja. Tal vez fue una preparación inadecuada o que su brazo derecho todavía no se ha recuperado a plenitud, pero confiamos que el 2021 será un año diferente para el lanzador de 31 abriles.

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D.L.R.

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