El cubano que firmó como pitcher, debutó como jardinero y protagonizó una historia insólita en MLB

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Foto tomada de Beckett.

La lista de hermanos que han compartido época en la Major League Baseball es bastante larga. Incluso si hablamos de cubanos que han tenido ese honor, destacan por encima del resto los casos de Orlando y Liván Hernández, y el de los Gurriel: Yulieski y Lourdes Jr. Sin embargo, a inicios de los años 90 sucedió por única vez que un par de gemelos idénticos, nacidos en la Mayor de las Antillas, fueron jugadores activos en la mejor pelota del mundo.

Osvaldo y José Canseco Capas nacieron el 2 de julio de 1964 en La Habana, pero bien pronto se mudaron con su familia hacia el estado de Florida, región en donde comenzaron a despuntar como jugadores de béisbol durante su paso por el instituto.

Ozzie, el menos conocido de los mellizos, fue firmado como lanzador por los New York Yankees en la segunda ronda del draft de 1983 y tres temporadas después sería declarado agente libre y firmaría en el rol de jardinero por los Oakland Athletics, a quienes sólo representó al máximo nivel en nueve choques de la campaña de 1990, luego de la cual fue nuevamente liberado.

Luego, tras un año defendiendo los colores de los Kintetsu Buffaloes (actuales Orix Buffaloes) de la Liga Japonesa, Osvaldo volvió a la Gran Carpa con los Saint Louis Cardinals. No obstante, en dos cursos con los de Missouri tampoco tuvo grandes oportunidades y solo vio acción en un total de 15 partidos en el lapso 1992-1993.

En sus tres temporadas dentro de la MLB, Ozzie sumó 13 hits, seis dobles, cuatro empujadas, anotó ocho veces y se ganó nueve boletos. Lo más curioso de todo fue que jamás logró conectar un bambinazo en la élite, a diferencia de su hermano, quien disparó hasta 462 a lo largo de su carrera. Pese a ello, logró sacarse un poco esa espina en el 2000, cuando dio un total de 48 con los Newark Bears de la Atlantic League y superó el récord personal de la familia, que estaba en manos de José, autor de 46 en 1998, pero en la Gran Carpa.

Por su parte, José había sido el primero en ser drafteado para convertirse en profesional. Sucedió en 1982, cuando los Oakland Athletics lo seleccionaron en la 15ta. ronda. Cuatro años después fue elegido como Novato del Año y en 1988 logró convertirse en MVP de la Liga Americana, luego de liderar el nuevo circuito en cuadrangulares (42), impulsadas (124) y slugging (.569), además de lograr el séptimo mejor promedio ofensivo (.307).

Este hombre, apodado por los expertos como “El natural”, ganó dos Series Mundiales: primero con los A’s en 1989 y luego con los Yankees en el 2000. Otro de sus hitos importantes fue el convertirse en el primer atleta en batear 30 o más jonrones con cuatro organizaciones distintas, después de hacerlo con los A’s, los Rangers de Texas, los Blue Jays de Toronto y los Tampa Bay Devil Rays.

Tras su retiro en 2001 con los Chicago White Sox, este Canseco sumó hasta 2018 diferentes apariciones en diferentes ligas independientes de Estados Unidos, México y Canadá, con lo cual completó un ciclo de más de tres décadas en activo.

En 2005 acaparó titulares en el mundo entero luego de sus polémicas confesiones y acusaciones a sus colegas, todas asociadas al uso de sustancias para mejorar el rendimiento. Años más tarde se vinculó al boxeo y en 2009 intentó comenzar una carrera en las artes marciales mixtas, pero fue noqueado en su primer y único combate.

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Pese a que estos hermanos coincidieron muy poco en la MLB, en la solitaria temporada que compartieron en Oakland ocurrió una historia insólita que marcó para siempre el paso de ambos por esa lid.

Según refleja un texto publicado en el sitio Albat, el 24 de julio de 1990, hacía sólo seis días que Ozzie había debutado en el show y resultó que para esa fecha ambos fueron incluidos en la alineación que se enfrentaría a los Angels, en donde se enfrentarían a los envíos del talentoso zurdo Jim Abbot, conocido por haber jugado sin su brazo derecho.

Al cierre del tercer capítulo, y con par de outs en la pizarra, José vino al cajón de bateo, conectó un hit al izquierdo y fue frustrado en su intento de ganar la intermedia gracias a la combinación del outfielder Max Venable y el camarero Johnny Ray.

Justo a continuación, al inicio del cuarto inning ofensivo para los A’s, Ozzie dio un batazo similar y su osadía de querer alcanzar la segunda almohadilla fue castigada de la misma forma por la pericia de la dupla Venable-Ray.

Visto en perspectiva, aquello debió haber dejado a más de un aficionado frotándose los ojos, pues me atrevo asegurar que nunca antes dos gemelos fueron sacados consecutivamente por la misma vía y como resultado de jugadas tan parecidas.

Otro instante memorable tuvo como protagonista a José en el año 1993. En un choque entre Indians y Rangers, Carlos Martinez, designado de Cleveland, sacó un fly largo por el central, parcela que era custodiada por Canseco. Cuando el cubano se acercó a fildear, la pelota le dio en la cabeza y salió del parque, tras lo cual nadie pudo evitar la carcajada, ni siquiera él mismo. Lo más gracioso fue que eventualmente los de Texas perderían ese encuentro por la mínima (7-6).

Años después, en 2011, la vida volvería a juntar Ozzie y a José. El camino de los habaneros convergió en los Yuma Scorpions, plantel de la North American League en donde alternaron el rol de peloteros con los de coach de banca y mánager, respectivamente.

Más allá de esa ocasional unión deportiva, ambos han sido asociados varias veces a malas conductas en público. En 2001 tuvieron problemas con un par de turistas en un club nocturno de Miami Beach, y como consecuencia de esa pelea fueron sentenciados a 18 meses en libertad condicional y 200 horas de servicio comunitario; eso, sin contar que Ozzie debió tomar algunas clases para aprender a manejar su ira.

Una década después sucedería otro episodio que contribuyó a seguir manchando la reputación de los Canseco. José, quien por entonces intentaba dedicarse al pugilismo, mandó a Ozzie a pelear en su lugar, lo cual llevó a que el promotor Damon Feldman lo demandara por violar el contrato previamente establecido.

Ese no fue un caso aislado, pues en otras oportunidades Ozzie apareció como sustituto de su célebre hermano. Por ejemplo, al programa The Surreal Life de VH1 asistió como imitador suyo y se tienen referencias de que en múltiples ocasiones ha ocupado su sitio en firmas de autógrafos.

Sea como sea, queda claro que este dúo de hermanos-beisbolistas, tan parecidos como gotas de agua, constituye un caso singular, pues no solo son los únicos cubanos en ostentar tal hito, sino que integran una lista de diez parejas fraternales e idénticas que han pasado a la historia de las Grandes Ligas.

Gemelos idénticos que han pasado por la MLB:

  • Hunter: George (1909-10) y Bill (1912)
  • Shannon: Joe (1915) y Red (1915-1926) *
  • Jonnard: Bubber (1920-35) y Claude (1921-29) *
  • Grimes: Ray (1920-26) y Roy (1920) *
  • O’Brien: Eddie (1953-58) y Johnny (1953-59) *
  • Cliburn: Stan (1980) y Stu (1984-88)
  • Edwards: Marshall Edwards (1981-83) y Mike (1977-80)
  • Canseco: José (1985-2001) y Ozzie (1989-93) *
  • Minor: Damon (2000-04) y Ryan (1998-2001) *
  • Rogers: Taylor (2016-19) y Tyler (2019) *

*Coincidieron en la misma campaña al menos en una oportunidad.

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