Ex pelotero cubano estalla de alegría: sus dos hijos firmaron con equipos de Grandes Ligas

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Frank Hernández. Foto: Jordi Cortadella.

No hace falta ser profeta para saber que ayer Edgar Hernández —y su familia, claro está— estalló de euforia cuando supo la noticia en España. Para un padre como él, que se ha pasado casi toda su vida vinculado al béisbol, hoy otrora pelotero y que conoce con creces los sacrificios que exige este deporte —porque él mismo los vivió en Cuba—, no existe mayor recompensa que sus hijos continúen sus pasos y logren una meta a la que él quizás aspiró y nunca pudo. Por cosas de la vida, hoy Edgar Hernández es un hombre doblemente feliz.

Ayer, según divulgó la Real Federación Española de Béisbol y Softbol en su página en Facebook, su hijo Frank Hernández firmó un contrato de Liga Menor con los Cachorros de Chicago y de esa forma siguió el camino de su hermano Omar, quien el 17 de agosto de 2018 rubricó un acuerdo similar con los Reales de Kansas City y este año debutó en el sistema de ligas menores.

Frank es un joven pelotero del municipio de Playa, nacido el 10 de diciembre de 2001. Se trasladó a España hace seis años y desde su llegada a ese país comenzó a tener un acercamiento más formal hacia la pelota, dejando buenas impresiones durante las categorías menores. En la última contienda de la División de Honor —circuito cimero del béisbol ibérico— promedió con el CB Viladecans .425 (17 imparables en 40 veces al bate), con 10 anotadas, par de tubeyes y ocho impulsadas.

En 2018, defendiendo también al Viladecans, bateó .321 (nueve indiscutibles en 28 oportunidades), con dos dobles y cuatro impulsadas, mientras que hace dos años promedió .143 (tres hits en 21 oportunidades), en su estreno en esa liga.

Con tres temporadas en la División de Honor, a principios de septiembre compitió, junto a otros cuatro cubanos, en su principal certamen defendiendo los colores de España: el Campeonato Mundial juvenil acontecido en Gijang, Corea del Sur. Allí, su conjunto terminó en un muy buen octavo lugar, merced a tres victorias y cinco reveses, y el desempeño de Frank fue el mejor del plantel español a la ofensiva.

Su madero rindió para .387, con 12 hits, tres anotadas, un triple y ocho remolques y, en su contra, decir que se ponchó siete veces. Su mejor partido, sin dudas, ocurrió en el triunfo de su equipo 16-8 frente a Sudáfrica, en el que, como jardinero central y tercer bate, ligó de 6-6, con seis impulsadas. Igualmente ante el pitcheo panameño se lució a la ofensiva, con tres incogibles en cuatro oportunidades.

Casi siempre ocupó en la alineación el tercer puesto y encima del montículo logró un triunfo ante Nicaragua, perdió ante Japón y le lanzó a Estados Unidos, trabajando en total 6.1 entradas, con ocho hits, siete ponches y un boleto.

Edgar, su padre, con Metropolitanos jugó su única Serie Nacional, durante la temporada 2002-2003, bajo las orientaciones de Juan Padilla. Defendió la receptoría y apenas recibió oportunidades, como lo demuestran sus 19 veces al bate —ligó cuatro cohetes e impulsó una carrera. En España ha consolidado una carrera como entrenador e incluso asesoró a su hijo Frank durante el Mundial de Corea, al conformar el cuerpo técnico ibérico.

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D.L.R.

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