F(r)icciones: Jim Morrison, 27, Florida

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Jim Morrison. Foto tomada de La República.

Jean-Paul Marat murió desangrado en una tina luego de que la joven Charlotte Corday le acariciara el cuerpo con una mano afilada.

***

El 3 de julio de 1971, en el No. 117 de la Rue Beautrille, Jim Morrison tosió sangre.

—Jim, por favor, no te orines en las alfombras.

Le advirtió Elizabeth Lariviere, la modelo francesa que le alquiló el apartamento.

Pero no, la sangre no llegó a las alfombras: quedó en un puño cerrado de Jim.

Luego fue a tomar un baño en una tina de agua caliente, para escurrirse el miedo.

***

Pamela Courson, novia del cantante, se durmió luego de una dosis de heroína. Cuando despertó estaba sola. Buscó a Morrison y lo halló muerto en la tina.

Llamó a un amigo, Alain Ronay. Y Ronay llamó a la policía y llamó a un médico; uno que en el certificado de defunción confirmó la muerte de un hombre de unos 50 años. La causa: paro cardíaco.

En una tina, Morrison, con 50 años, la misma edad fatal de Marat.

***

Esta es Pamela Courson ante la policía de París:

—Eh, tosió sangre, sí. Yo lo vi… No, ejem, es que yo… Jim tomó heroína. Eh, sí, la tomamos juntos. No, el polvo estaba sobre la mesa, Jim pensó que era cocaína… No sé, ni siquiera vi cuando lo hizo. Antes de acostarnos le inyecté un poco… Yo, ejem, no sé…

—Pero se conoce que el señor Morrison tenía fobia a las agujas. Sus amigos afirman que jamás consumió heroína… ¿Y no estaba usted dormida, señorita?

Y Pam rompe a llorar. Le tiemblan las manos. Pide permiso para ir al baño y lleva su estuche de maquillaje: quiere retocarse la sombra.

***

A Morrison lo velaron cinco personas, a caja cerrada. Nadie vio su cadáver. O el cadáver inflado del hombre de 50 años que Morrison no era.

Jim, o la caja vacía de Jim en un hoyo sin marca en un rincón del cementerio parisino Père-Lachaise.

Ray Manzarek, teclista de The Doors y amigo de Morrison, dijo en una ocasión que, si había alguien capaz de escenificar su propia muerte, capaz de pagar a un médico por un certificado de defunción falso y poner un saco de 80 kilos en un ataúd y desparecer, ese era Jim Morrison.

Jim, unos meses antes, en un ensayo con su banda, leía un folleto turístico de las Islas Seychelles; Jim, fanático de Rimbaud, alguna vez quiso dejarlo todo para irse a África y transformarse en traficante como el poeta francés.

Y sobre la fama, bajo las drogas, dos causas pendientes en Estados Unidos. Y tres demandas de paternidad en su contra…

Morrison en una playa en la isla de Praslin, bajo una sombrilla tomando un trago con sombrilla, leyendo un libro de Huxley…

Nadie sabe dónde está Morrison, o si realmente está en Père-Lachaise.

***

Pamela Courson también murió en circunstancias extrañas en 1974 o 75, por alguna causa jamás especificada.

Oh, “Girl, we couldn’t get much higher”.

Habrá dicho Jim, y Pamela lo siguió.

***

En el verano de 2001 uno de los cuidadores del camposanto parisino descubrió una pareja de turistas australianos desnudos, acostados sobre la tumba de Morrison. Durante la madrugada los chicos se drogaron, tuvieron sexo y luego quedaron dormidos sobre el sepulcro de su ídolo.

Allí, dos cuerpos descubiertos descubriendo la mañana, ladeados, y este grafiti en sus espaldas…

“Waiting for the Sun”.

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