Momentos inolvidables del deporte cubano (II)

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La semana pasada te traíamos el primero de nuestros compendios con algunos de los momentos más grandes del deporte cubano:

Momentos inolvidables del deporte cubano (I)

Hoy, volvemos con otra selección que no tiene nada que envidiarle a la anterior. Te invitamos a que nos acompañes.

Fonst y el primer oro olímpico cubano (1900)

Todos conocían a este extraordinario esgrimista zurdo como “el nunca segundo”, pues su gran talento y técnica resultaban dos factores que lo convertían en el rival más difícil de derrotar arma en mano. Esa fama se la ganó, entre otras cosas, por haber sido a los 17 años de edad, el primer cubano y latinoamericano en lograr una corona en estas citas. Su título inicial lo obtuvo en el concurso de espada de la edición realizada a inicios de siglo en París 1900, donde también se colgó una presea plateada.

Cuatro años más tarde, en San Luis, ganaría otras dos doradas, tras repetir su éxito individual en la espada y dominar el florete por equipos junto a su compatriota Manuel Dionisio Díaz y el norteamericano Albertson Van Zo Post. Como curiosidad, hay que decir que Ramón no sólo era un excelso esgrimista, sino una estrella en disciplinas como el tiro, el boxeo francés y el ciclismo.

Tres veces Stevenson (1972, 1976 y 1980)

https://youtu.be/cS7y-E9fwtk

Ganar una vez en una Olimpiada es el sueño más grande de cualquier deportista. Ganar tres veces es algo más allá de lo extraordinario. Hasta 1980 un solo boxeador ostentaba una tripleta de coronas: era el húngaro Laszlo Papp, quien había vencido en los pesos medios de Londres ’48 y en los superwelter en Melbourne ’56 y Helsinki ’52. Para alegría nuestra, fue un cubano el que consiguió igualar esa impresionante marca. Teófilo Stevenson, uno de los boxeadores amateurs más grandes de la historia, fue rey de los superpesados en los juegos estivales de Múnich ’72, Montreal ’76 y Moscú ’80, una cosecha que pudo haber sido incluso más amplia sin Cuba no hubiera pasado de participar en las siguientes dos ediciones de los Juegos.

Iván Pedroso consigue “el que le faltaba” (2000)

A inicios de siglo, Iván Pedroso tenía su vitrina de títulos llena de reconocimiento. Tres campeonatos del mundo al aire libre (1995, 1997 y 1999), cuatro bajo techo (1993, 1995, 1997 y 1999) y repetidas victorias en Juegos Panamericanos y Centrocaribeños, le colocaban como uno de los representantes más notorios de todos los tiempos en esa disciplina. Pero no era suficiente.

A nivel olímpico había fallado en conseguir un podio, tras quedar cuarto en Barcelona ’92 y no participar en Atlanta ’96 por una lesión. Sydney era su última oportunidad, y él lo sabía. En la urbe australiana Iván lo tuvo difícil para ganar, pues el desconocido local Jai Taurima se mantuvo al frente durante la mayor parte de la competencia, hasta que el cubano selló su victoria con un estirón de 8.55 metros que le daría el título más importante de su carrera.

La Habana, capital mundial del ajedrez (1966)

En los años 60, el ajedrez no estaba entre los deportes más populares en Cuba, algo que cambiaría cuando a la capital antillana le fue otorgada la sede de la 17ma. Olimpiada Mundial de ese deporte, evento que se convirtió en un catalizador para el despegue del juego ciencia en nuestra nación. Aquella vez maravillaron al público habanero grandes figuras como los soviéticos Tigran Petrosian, Boris Spassky y Mijail Tal, el argentino Miguel Najdorf y, sobre todo, el joven genio norteamericano Robert “Bobby” Fischer.

Por si fuera poco, el seleccionado cubano, integrado en su totalidad por maestros nacionales e internacionales, logró avanzar a la ronda final tras quedar segundos en el grupo 6, por detrás del fuerte conjunto húngaro. Ya en la definición del campeonato, la escuadra antillana, formada por Eleazar Jiménez, Silvino García, Francisco Planas (capitán), Rogelio Ortega, Eldis Cobo, Jesús Rodríguez y Hugo Santa Cruz, fue última, posicionándose en un meritorio puesto 14 de un total de 52 que asistieron al torneo.

Reinado panamericano en casa (1991)

Los Juegos Panamericanos son la justa multideportiva más relevante de nuestro continente, y a inicios de los 90, fueron posiblemente el evento más importante celebrado alguna vez en territorio cubano. Nuestro país, que había sido segundo en el medallero desde Cali ’71, consiguió liderar la tabla de preseas por única vez en la historia, gracias a una cosecha de 140 títulos, 62 plateadas y 63 bronces, válidos para superar a la poderosa representación de Estados Unidos (130-125-97). Efectuados entre el 2 y el 18 de agosto del ’91, de estos juegos se recuerdan actuaciones como la del equipo de béisbol, el doblete de Ana Fidelia Quirós (400 y 800 metros planos) y el relevo 4×400, en donde los locales, encabezados por Roberto Rodríguez, superaron a los estadounidenses de forma espectacular.

María Caridad Colón pone en lo más alto a la mujer latinoamericana (1980)

https://youtu.be/fAALrxdc-Gc

Pensar que a la altura de 1980 ninguna mujer latinoamericana hubiera ganado una medalla de oro olímpica, puede parecer ahora un chiste, pero fue así hasta que María Caridad Colón entró en escena. En los Juegos realizados en la Unión Soviética, la guantanamera enfrió a sus rivales desde el primer intento, al lanzar su implemento hasta los 68.40 metros. Aquel día, la cubana no sólo ganó su título, sino que también derrotó en el proceso a la gran favorita: la representante de la RDA, Ruth Fuchs, considerada como la mejor atleta en la historia de esta disciplina, quien durante esa competencia no pudo siguiera alcanzar un puesto en el podio.

Mijaín y su ascenso al Olimpo (2008, 2012 y 2016)

Tal vez muchos no lo sepan, pero la lucha es el único deporte que no ha fallado en su aporte de oro a la delegación cubana en Juegos Olímpicos desde 1992 hasta la fecha. Varios son los hombres que se han ganado su lugar en la gloria, pero entre ellos destaca uno especialmente: Mijaín López. Este gigante pinareño ha sido rey absoluto de los 130 kilogramos en las últimas tres citas multideportivas universales (Beijing 2008, Londres 2012 y Río de Janeiro 2016) y, actualmente, es, junto a su colega ruso Alexander Karelin (1988, 1992 y 1996), el único gladiador en ostentar tres títulos a ese nivel.

Por si fuera poco, el oriundo de Herradura ha sido monarca del orbe (2005, 2007, 2009, 2010 y 2014) y Panamericano (2003, 2007, 2011, 2015 y 2019) en cinco ocasiones, además de ostentar par de títulos centrocaribeños (2014 y 2018). El año entrante, en Tokio, buscará igualar las cuatro medallas del propio Karelin y superarlo con una posible cuarta corona.

Héctor Rodríguez, primero y único (1976)

Aunque en la actualidad todos damos por sentado que el judo cubano es uno de los deportes de mejores resultados en las últimas décadas, lo cierto es que en los 70 todavía no lo era. Fue Héctor Rodríguez quien nos colocó en el mapa. Este atleta de la división de menos de 63 kilogramos, bronce mundial en 1973, se coronó en la cita organizada por la canadiense Montreal, tras conseguir una excelente actuación que cerró con su triunfo ante Chang Eun-Kyung, de Corea del Sur. Increíblemente, hasta la fecha ningún otro representante del género masculino ha logrado un oro bajo los cinco aros.

Los mejores lugares de nuestro ajedrez (2010 y 2004)

De regreso a las Olimpiadas Mundiales de Ajedrez, tenemos este 2×1, que destaca las mejores actuaciones de nuestros equipos en cada sexo. Para empezar, tenemos que volver a Rusia en el año 2010. En la ciudad de Khanty-Mansiysk, Lisandra Ordaz, Maritza Arribas, Oleiny Linares, Yaniet Marrero y Sulennis Piña tuvieron un desempeño fantástico, que les permitió alcanzar el mejor puesto de la historia para cualquier elenco antillano, al obtener 16 unidades que les colocaron en el cuarto escaño de la tabla, por detrás de Rusia, China y Georgia.

Por la parte masculina, la actuación más memorable tuvo lugar en la localidad mallorquina de Calviá (España), en donde el grupo compuesto por Leinier Domínguez, Lázaro Bruzón, Jesús Nogueiras, Walter Arencibia, Neurys Delgado y Yuniesky Quezada sumó 33 puntos y medio que les permitió quedar séptimos en el escalafón general de un evento dominado por Ucrania, Rusia y Armenia, en ese orden.

Filiberto: doble alegría (1996 y 2000)

Otro luchador grecorromano tiene el honor de ser el único cubano, junto a Mijaín López, con más de un oro olímpico en ese deporte. Su nombre es Filiberto Azcuy, un verdadero hombre show del colchón, sobre el cual fue claro dominador en las ediciones de Atlanta y Sydney. En la ciudad del estado norteamericano de Georgia, Filiberto ganó la división de 74 kilogramos, al superar en el combate final al finlandés Marko Ansell. Cuatro años más tarde, en la Isla Continente, el camagüeyano barrió en los 69 kilos, categoría en la cual el nipón Katsuhiko Nagata tuvo que conformarse con la plata.

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