Hani Valero, la niña actriz que incursionó en la cosmética fuera de Cuba

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Hani Valero. Foto tomada de su perfil en Instagram (@hani_valero_cuba).

Mérida, Extremadura, Sevilla, Barcelona… la joven Hani Valero ha recorrido España, donde ha tenido diversas profesiones alejadas de las pantallas.

Nació en Cuba y, según muestran algunos videos que filmó el padre en su casa, desde muy niña tuvo inclinación por el baile, la danza y la interpretación. “Siempre tuve inquietudes artísticas, pero sin mayores pretensiones”, contó en Instagram, donde rememoró el casting para protagonizar Pipepa, teleteatro con el que debutaría en la televisión.

Recordó que el día de la prueba era la aspirante número 101 y le tocó entrar al examen alrededor de las 10 de la noche. Intentó irse a casa dos o tres veces.

Luego de esto, la fama le llegó muy joven. Dio sus primeras entrevistas y recibió el Premio Caricato. En poco tiempo dejó de ser Hani y se convirtió en Pipepa, el personaje que le ha acompañado para siempre.

Tenía diez años cuando quedó como única seleccionada entre las 400 niñas para protagonizar aquella obra estrenada por la TV cubana en el 2000, dirigida por Jesús del Castillo, quien había recibido por ese texto el Premio Casa de las Américas de Teatro en 1998.

En su momento, el realizador Jorge Alonso Padilla dijo que Silvera era una niña a la que se le “decía cualquier cosa, lo absorbía y lo devolvía enriquecido. Nació como una artista”.

En reiteradas ocasiones, ella se ha referido a dicho rol en sus redes sociales y ha mostrado su agradecimiento por la oportunidad de ponerse sobre la piel de esa pequeña, a quien describió en una entrevista televisiva como “una niña pobre, a la que se le rompe el televisor y se vuelve muy imaginativa para lograr que se arregle”.

En dicha pieza estuvo acompañada por actores como la experimentadísima Amada Morado, Teresa López y Osvaldo Doimeadiós, quien era el técnico de reparación del TV, el otro protagónico dentro de la trama. Este último reconoció que trabajar con Hani entrañó una gran responsabilidad y la consideró la “actriz ideal para defender a Pipepa”.

Ahí se forjó la joven que perteneció a la Agencia Actuar entre 1999 y los primeros años de la pasada década. Luego de interpretar a la perspicaz infante, se le vio en las aventuras Los pequeños fugitivos (2001), dirigida por Willy Franco. Luego formó parte de Mucho ruido, serie juvenil que enganchó a muchos entre 2008 y 2009, mientras que en 2011 apareció en la telenovela Bajo el mismo sol, y ahí fue la hija de un matrimonio complejo, formado por Tamara Castellanos y Julio César Ramírez.

Tiempo después se marchó de Cuba y llegó a España, donde reside actualmente. Entre 2014 y 2015 formó parte de la compañía Alejandría The Show, dedicada a la organización y animación de espectáculos en esa nación. En la web de dicha entidad dicen de la antillana: “la música y el baile le vienen de serie y nos aporta ese sabor tropical y ese son latino que le corre por las venas.”

En 2016 ocupó titulares en algunos medios que publican contenidos sobre Cuba, luego de regresar a su país natal y darle una sorpresa a familiares que hacía dos años no veía. En 2017 estuvo vinculada a un emprendimiento de arreglo de uñas. “Amo lo que hago, soy una loca de esta profesión”, publicó en su perfil en Facebook.

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