El cubano que ayudó a crear una de las mayores fortunas de la historia moderna

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Esta historia comienza en Nuevo México, en 1964. Jackie tiene 16 años y está embarazada. El padre de la criatura, Ted Jorgensen, de 18, es incapaz de lograr que el amor por la chica supere el que le tiene a la bebida. Cuando el pequeño cuenta con solo diecisiete meses, el hombre se marcha definitivamente, llevando en la mano un uniciclo. Este es el comienzo de la historia de Jeff Bezos, fundador de Amazon. Para entenderla completa, hay que irse nuevamente a los 60, y así conocer el camino de su padre sustituto, un cubano sin miedo a los retos.

Es julio de 1962, y con solo dieciséis abriles en las costillas y sin saber una palabra de inglés, Miguel Ángel Bezos Pérez llega solo a Estados Unidos como parte de la “Operación Peter Pan”.  En esos días, más de 14 mil niños y adolescentes son enviados por sus padres a noventa millas de casa.

Tal vez los Bezos no son los que más se “nublan” en ese momento. Para ellos, la partida del vástago tiene más que ver con su futuro que con cualquier tema político. Aun así, se equivocan en algo. La separación que estiman de unos pocos meses llegará a convertirse en una de años. No volverán a ver a su hijo hasta que ya esté convertido en un hombre. No obstante, a pesar del breve equipaje, lo mandan lejos con una carga que le ayudará a trascender en una tierra desconocida.

La familia de Miguel, que es oriunda de Santiago de Cuba, pero que tiene sus orígenes en Villafrenchós, Valladolid, ha llegado hasta ahí a golpe de trabajo duro. Su padre, propietario de un aserradero, y su madre, encargada de la casa y la tropa de chiquillos, le han enseñado al muchacho el valor del esfuerzo para conseguir sus metas. Tal vez ese legado es la cosa más importante entre las que se lleva cuando aborda el avión rumbo a Florida.

De regreso al arco argumental de Miguel -ahora se hace llamar Mike-, al llegar a territorio estadounidense, y tras estar poco tiempo en el campamento Matecumbe, él y su primo Ángel son trasladados a Wilmington, Delaware. Allí llegan para estudiar en la secundaria, apoyados por una beca gubernamental. Pronto se unen a otro grupo de compatriotas y, gracias a uno de esos paisanos, que juega en el equipo de fútbol americano, empiezan a conocer el american way of life.

Su camino seguirá en lo adelante vinculado a las ciencias exactas. Otra beca, esta vez para la Universidad de Alburquerque, le permite empezar a estudiar para convertirse en ingeniero mecánico, pero por el camino decide cambiar un poco el guión.

Ya casado con Jackie, y metido de lleno en el rol de padre adoptivo del pequeño Jeff, Mike se da cuenta de que un año más es demasiada espera para comenzar a ganarse “los frijoles”. Decide, entonces, cancelar la ingeniería y cerrar un “trato” más cercano que le permita graduarse inmediatamente de Ciencias de la Computación.

A la altura del ’68 consigue una plaza en Exxon, empresa a la que se mantendrá vinculado por más de tres décadas. Aunque inicialmente anclan en Houston, donde la familia empieza a crecer con la llegada de otro par de bebés, luego deberán moverse frecuentemente a propósito del trabajo de papá Bezos.

Precisamente durante uno de esos desplazamientos, exactamente en una visita a Sudamérica realizada en 1994, el padre recibe una inquietante llamada de Jeff. El joven telefonea para pedir apoyo financiero. Su idea es abrir una librería online.

En aquel momento todo parece un poco raro, pues el hijo mayor de los Bezos tiene un empleo estable en Wall Street, y no parece necesitar de algo extra. El consejo de ambos, Miguel y su esposa, es que se dedique a aquello sin abandonar su rentable trabajo. No obstante, el joven de 30 años decide seguir su propio camino, en un impulso que tendrá un desenlace brillante.

Los inseguros padres terminan aportando lo necesario para comprar la mayoría de acciones de Amazon, una empresa que se colocará en el puesto número dos entre las más valiosas del mundo. Jeff, por su parte, llegará a ser el CEO y accionista mayoritario de la compañía, además de poseer la mayoría de los activos de la aerospacial Blue Origin y del prestigioso diario The Washington Post.

De acuerdo con Bloomberg, la primera inversión de Mike y luego la de su mujer en el proyecto fueron dos de las causas que aseguraron la estabilidad de Amazon para el arranque necesario en el mercado. Este propio sitio reconoció en 2018 a Jeff Bezos como el hombre más rico de la historia moderna, después de que este llegase a un patrimonio de 150 mil millones de dólares, 55 mil millones más que Bill Gates.

En todos estos años, Miguel ha tenido siempre claro la importancia de la educación. Por eso fundó junto a Jackie la Bezos Family Foundation, entidad que se encarga de respaldar programas de ayuda a jóvenes estudiantes sin demasiadas posibilidades económicas. Por su dedicación y méritos como presidente de este proyecto, recibió en 2013 la Gran Cruz de Alfonso X, orden que premia a aquellos que se han destacado por sus aportes a diferentes esferas de la vida civil, tanto en España como en el resto del mundo.

Aunque Mike ha recorrido un camino sumamente largo, que lo llevó a hacerse ciudadano americano hace más tiempo del que recuerda, le cuesta olvidar de dónde vino. Si por un lado es cierto que jamás ha vuelto a poner un pie en la mayor de las Antillas, este hombre no ha dejado de sentirse cubano ni un solo día. Tal vez el niño que voló hacia lo incierto hace más de cinco décadas, todavía no se ha ido del todo.

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2 Comentarios

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  1. Mi esposa y yo vivimos aún en una de las viviendas que construyó en Santiago de Cuba, Salvador Bezos papá de Miguel Angel, mis esposa es nieta de Eulampia hermana de Salvador y tía de Miguel Angel, muchas gracias por publicar la historia es muy cierta, la dirección de la casa es San Germán no. 155 entre gallo y rastro. Los Bezos llegaron a Santiago de Cuba procedentes de Palo Seco en Camaguey después del terremoto del 32 que desvasto Santiago, montaron un aserrio de madera para la reconstrucción de la cuidad

  2. La historia de Mike es muy aleccionadora para aquellos que llevan en su corazón el emprendimiento en la vida, pero aún más para otros que no tienen una visión clara de hacía donde han de dirigir sus fuerzas.

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