La breve telenovela cubana de hace 10 años que quizás ya no recuerdas

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A Amores de verano empezaron a lloverle las críticas al poco tiempo de su estreno. Que fue muy corta (tuvo solo 26 episodios), dijeron algunos. Que tuvo buenos actores, pero pésimo guion, manifestaron otros. Lo cierto es que esta producción estrenada en 2012 llegó en lo que se consideró como una mala racha para ese tipo de audiovisuales: su predecesora fue Santa María del Porvenir y la sucedió Tierras de fuego.

Escrita por Pedro Urbezo y dirigida por Rafael «Cheíto» González, en su elenco hubo primeros actores como María Teresa Pina, Fernando Hechavarría y el ya desaparecido Rogelio Blaín. Tuvo 54 días de grabación, según contó una de las actrices y llegaron a rodarse entre 17 y 21 escenas diarias.

Su trama estuvo centrada en un escritor desafortunado, a quien le sucedían varias desgracias, una tras otra: a falta de inspiración y concentración, le fue imposible terminar de escribir una novela y eso puso en riesgo su empleo; después sufrió un accidente automovilístico y su esposa decidió abandonarlo e irse a vivir con otro hombre. Para él, una aparente solución fue cambiar de aires y trasladarse hasta Cojímar, pero allí lo esperaban otros problemas. En el resto de la obra se mezclan Hemingway, un poblado de pescadores y el mar.

“La intensidad de los conflictos y el ritmo de las peripecias parecen más de dramatizado vespertino sin grandes pretensiones, que de una telenovela de horario estelar”, publicó en aquel momento el periodista Yuris Nórido.

“Adultos con la inteligencia emocional de un adolescente, situaciones comunes sobredimensionadas, habitantes de una comunidad con mismo gusto literario, historias vacías y sin ningún atractivo, personajes planos e incoherentes… son algunos de los más notables deslices, causantes de su poca popularidad en el público cubano”, decía otra de las críticas que recibió.

Entre las claves del fracaso de esta pieza, el propio portal de la Televisión Cubana reconoció el flojo libreto, capítulos donde escasearon los puntos de giro y los “ganchos”, además de diálogos carentes de interés y “una historia intimista, que de haberse centrado en los conflictos con más intensidad y carga dramática para los personajes principales, habría merecido un mejor aprecio de sus destinatarios”.

Estos fueron algunos de los personajes y sus historias:

Adrián, interpretado por Enrique Bueno, se vio envuelto en una situación incómoda. Se enamoró de Karen, rol asumido por Arletty Roque Fuentes, pero la hija de ella empezó a sentir algo por él. La relación entre Adrián y Karen sufrió por la diferencia de edad y otros prejuicios sociales.

Jenni, la hija de esta última, fue representada por la guantanamera Yanelys Tejera, quien debutó en la televisión en esa producción. Por otra parte estuvieron Delia (Yazmín Gómez), y Carlos Argüelles, defendido por Rogelio Blaín. Esta era una pareja que siempre estaba dispuesta a ayudar dentro de la comunidad. Ambos eran los padres de Mara, a quien dio vida Ariadna Núñez.

Una familia singular fue la constituida por Aida (María Teresa Pina), madre sobreprotectora de dos hijos: Yunieski (Néstor Jiménez Jr.), doctor, y Yasnier (Kelvyn Espinosa), quien dio muchos dolores de cabeza a la mamá.

Otros roles fueron Contreras (Alejandro Palomino), dueño de una paladar; Lino (Néstor Jiménez), pescador de la zona, y Bobi (Delvis Fernández).

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