La diseñadora de moda cubana que vistió a Michelle Obama, Demi Moore…

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Isabel Toledo. Foto tomada de Glamour.

“Digo que soy costurera porque me encanta la costura y fue lo que me atrajo a esta carrera, no porque yo quisiera ser una diseñadora de moda. Me gustaba coser, comencé a hacerlo para mí, me ofreció una forma de expresarme como artista y se convirtió en una carrera”. Con esta forma de pensar, tan sencilla y aterrizada, no era de extrañar que Isabel Toledo triunfara en su gremio.

Su primera colección, expuesta en el año 1985, fue un éxito que la llevó a triunfar durante las dos décadas siguientes. No obstante, su sello escapó de las pasarelas y llegó a museos, teatros e incluso hasta la Casa Blanca de los Estados Unidos.

Un vestido verde lima con un abrigo a juego la posicionó todavía más a escala internacional en 2009, cuarenta y nueve años después de haber nacido en Camajuaní, municipio de la entonces provincia de Las Villas (actualmente pertenece a Villa Clara).

Allí dio sus primeros pasos y tuvo una infancia al lado de la máquina de coser de su abuela. Con ocho años, su familia llegó como inmigrante a New Jersey y en los próximos años aprendió el oficio de costurera: se formó en varias instituciones de prestigio en el mundo de la moda como Fashion Institute of Technology (FIT) y Parsons School of Design, ambas en la ciudad de Nueva York.

En El País, la definen como “una diseñadora que huyó del mainstream tanto en sus diseños como en la forma en la que los presentaba”. Esto, debido a que veía ese mundillo como un escenario artístico, no como una industria circundada por el dinero, el negocio y la fama. Isabel no se presentó en los grandes eventos ni en pasarelas famosas. Prefirió los museos para exponer su trabajo. Siempre apostó por tratar cada pieza como una obra de arte, con todo el aura que las envolvía.

Quien fue su esposo y compañero de trabajo, Rubén Toledo, cubano también, confesó que la clave tras el éxito de ella radicó en su concepción de que “la moda tiene que vivir en el mundo y tiene que servirte”. Además dijo que comprendía la diferencia entre el traje y la ropa real. “A veces los trajes pueden ser impresionantes, pero es un disfraz, es una fachada, pero se puede aprender mucho de una fachada que luego puedes interpretar para la vida real”.

Michelle Obama lució estas prendas en la toma de posesión de su esposo, el 20 de enero de 2009. Foto tomada de Telva.

La que comenzó siendo la perspectiva y la concepción de la moda de una cubana inmigrante, terminó expandiéndose y llamó la atención de Michelle Obama en más de una ocasión. La más “sonada” sucedió en 2009. La creadora cubana diseñó el traje que lució la ex Primera Dama en la toma de posesión de su esposo. Este conjunto, confeccionado principalmente con tejido de encaje de lana, fue, según la propia Isabel, acogedor (“quería que el abrigo fuera cómodo, que sintiera que le abrazaba como un amigo, a la vez que se sentía que podía moverse con naturalidad, gestualizar y hablar”) y, por otra parte, arriesgado (“me gustan los colores que son difíciles de describir. Elegí este porque me parecía que evocaba el renacer”).

Sobre el proceso de creación de la prenda contó que tardó bastante. Lo terminó en diciembre de 2008 y se fue de vacaciones a Miami Beach. Cuando regresó a New York a inicios del siguiente año, muchos, incluidos el periódico Washington Post y su suegra, le preguntaron si el vestido que había lucido Michelle era de su autoría.

En la revista Vanity Fair han resaltado de Isabel su “visión romántica de la industria”, quizás la misma que la llevó en 2005 a ser directora creativa de la firma Anne Klein, a recibir en 2008 el premio anual de moda del Consejo de Alta Costura de Nueva York o el Fashion Visionary Award, creado por Eleonore Roosevelt. Semejante concepción de ese ámbito también le permitió vestir a celebridades como Demi Moore y la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, o a exponer en el Museo del FIT, instituto donde celebró sus 25 años en el mundo de la Alta Costura.

En 2012 publicó el libro Roots of Style: Weaving Together Life, Love, and Fashion (Las raíces del estilo: tejiendo juntos vida, amor y moda), en el que narró sus vivencias e intentó reflejar sus conceptos sobre el entorno en el que trabajó. En el volumen hay varias referencias a su Cuba natal y la influencia de sus orígenes.

Lamentablemente, en 2019 falleció a causa de un cáncer de mama. La noticia la dio a conocer su esposo.

Para entender todavía más la trascendencia de la costura de Isabel, les compartimos algunas opiniones de destacadas personalidades del mundo de la moda sobre la obra de esta antillana:

El célebre Narciso Rodríguez se confesó fan de Toledo: “admiro su técnica, su individualidad y su ojo increíble”.

Karl Lagerfeld, ante la sencillez de Isabel, le dijo: “eres más que una costurera, eres una modista”.

Juan Ramos, director creativo, le comentó sobre sus prendas: “tu ropa se parece a lo que era la alta costura de antaño”.

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