La poco conocida historia del asesino en serie cubano que estrangulaba a sus víctimas

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Jesús Aguilera. Foto tomada de NY1.

De acuerdo a declaraciones del detective Malcolm Reiman, miembro del grupo de trabajo especial, creado por el Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) para capturar al asesino serial de origen cubano, Jesús Aguilera, este sujeto llegó a Estados a inicios de los 80 como parte del éxodo del Mariel.

La indagación de Reiman reveló, además, que el antillano había sido escoltado por un oficial del departamento cubano de prisiones hasta la embarcación que lo trasladó rumbo a Cayo Hueso, Florida.

Por otra parte, varias teorías han especulado que el hombre pudo haber sido paciente de alguna institución mental, lo cual explicaría en parte la conducta violenta, mediante la cual aterrorizó al Bronx durante meses.

Sea como sea, al seguir el recorrido de dicho personaje del otro lado del estrecho, el agente descubrió que Jesús pasó un tiempo en un centro de detención de refugiados en Fort Chafee, estado de Arkansas, antes de ser entregado a un hermano que vivía en Nueva York.

El primer arresto de Aguilera se produjo en agosto de 1981. Luego de tener sexo consensuado con una mujer en el 1186 East, de la calle 180, la ató de manos y piernas e intentó volver a tener relaciones con ella. Después le robó algunos objetos y antes de irse la amarró al poste de la cama con un cinturón, de forma que, si intentaba soltarse, la atadura se apretaría más. Finalmente, la señora escapó, lo denunció y él fue condenado por robo en primer grado.

Se desconoce por qué razón más tarde Aguilera fue puesto en libertad, y a los diez días, en un sótano del número 417 de la avenida Bronx Park, fue encontrado el cuerpo de su primera víctima, Guillermo Graniela (30 años), atado con una cuerda alrededor de su cuello. La soga tenía un destornillador insertado en el nudo.

Menos de un mes más tarde, el 17 de septiembre, cerca del puente de la calle 207 en Manhattan, apareció sin vida Josefina Cepeda (24). La chica había sido atraída con la promesa de ofrecerle unos jeans de marca y posteriormente fue estrangulada con un alambre.

El arresto de Jesús se produjo luego de que el detective Reiman lograra contactar a un par de personas que lograron sobrevivir a sus ataques. Una de ellas fue una adolescente de 15 años, que el 19 de diciembre de 1981 fue conducida por el criminal —también usando la excusa de los pantalones— hasta el solar abandonado del ex hospital Bronx Lebanon, en las inmediaciones de Ward Avenue y Bulevar Bruckner. Una vez allí, él la sofocó con la correa de una cartera y la violó, pero la joven logró escapar y echó a correr hasta desaparecer de su vista.

Por esos dos primeros homicidios en segundo grado confirmados, más el abuso sexual en primer grado de la otra chica, el cubano recibió una pena de dos cadenas perpetuas en 1982.

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Más adelante, en 2009, una búsqueda de huellas digitales, por parte del teniente Sean O’Toole, del departamento de homicidios del Bronx, reabrió el caso de Janet Agosto (30), otra mujer que había sido estrangulada alrededor del día de Acción de Gracias de 1981.

Si bien originalmente Aguilera había declarado al detective Reiman que estuvo en el mismo edificio que Janet, ubicado en el número 1832 de la Avenida Bryant, al ser entrevistado nuevamente negó todo, posiblemente para evitar que lo condenaran por otro delito.

Aunque se “escapó” en el caso Agosto, en febrero de 2015 fue “atrapado” por otra causa que venía rodando en su contra desde 2010. Las muestras de ADN encontradas debajo de las uñas de Tolila Brown (también conocida como Tolila Moore) y analizadas 30 años después por tecnología mucho más avanzada, confirmaron la culpabilidad de Jesús en su muerte, la cual provocó usando un pañuelo apretado con un cincel.

El agente Reiman contó que fue a ver a Aguilera al Centro Correccional Great Meadow, de Nueva York, y le enseñó las fotos de la choza, sita en el 1445 de Minford Place, en donde había sido hallado el cuerpo de Tolila, quien tenía antecedentes por prostitución. Según dijo más adelante el oficial, para el criminal aquello tuvo un efecto similar al de colocar una granada de fragmentación sobre la mesa y tirar del pasador.

Finalmente, el juez de la Corte Suprema, Troy Webber, lo sancionó con una pena de entre 15 años y cadena perpetua, luego de que el cubano firmara una declaración de culpabilidad por asesinato en segundo grado y renunciara a su derecho para apelar en el futuro.

Aunque tenía una audiencia de libertad condicional fijada para septiembre de 2026 y una fecha de elegibilidad para libertad condicional en enero de 2027, al buscar en los registros del Buró Federal de Prisiones, Jesús Aguilera, de 68 años y con número de registro 32951-054, no está actualmente bajo custodia de esta institución penitenciaria neoyorquina.

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