Liliana Peñuelas, la cubana que triunfa con sus dulces cerca del Polo Norte

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Foto tomada de Newsweek.

Cubanos hay en todas partes y eso no es cosa nueva. Tampoco lo es el espíritu emprendedor que caracteriza a los nacidos en esta tierra.

Liliana Peñuelas vio la luz en Pinar del Río. En 1966 salió del país rumbo a Puerto Rico y allí asistió a la Universidad del Sagrado Corazón, en San Juan. Para 1990 llegó a Barrow, actualmente llamado Utqiaġvik, ciudad estadounidense ubicada en Alaska y reconocida como el asentamiento más al norte de América. Liliana se unió a una amiga que trabajaba en el único hospital que había en esa región y obtuvo un certificado de ayudante de enfermería en North Slope Borough.

La historia de esta cubana ha acaparado portadas. Hasta la célebre revista Newsweek le dedicó un trabajo: “The Taqueria at the end of the world: at the top of Alaska, try the tamales” (La taquería del fin de mundo: en la cima de Alaska, prueba los tamales).

El motivo de su reconocimiento es que Liliana, junto a su esposo Cruz, mexicano de nacimiento, se conocieron en el Polo Norte y decidieron montar allí un negocio para sentirse más cerca de sus raíces. Lilianas fresh baked y Cruzs Mexican grill puede leerse a la entrada de un local, en el medio del círculo polar ártico.

Ella hace dulces típicos cubanos, y él, platos mexicanos que son muy bien acogidos por los pobladores y visitantes que llegan hasta ese apartado rincón del planeta. Aunque soñaron con abrir su negocio desde mucho antes, fue en 2014 cuando recibieron los permisos. Según comentó el matrimonio a Newsweek, primero necesitaron la autorización del consejo tribal de la Comunidad Iñupiat de la ladera ártica, que lleva más de mil 500 años en la región.

El de Cruz no era el primer puesto de tacos en aquel lugar (desde 1978 había existido Pepes North of the border, regentado por Fran Tate hasta que un fuego lo destruyó en 2013). Este último ofrecía comida estilo tex-mex y su dueño no era latino. Por esa razón, el emprendimiento de los Peñuelas se considera el primer negocio latino en Alaska.

Enchiladas, tamales, fajitas, frijoles y otras especialidades típicas de Sinaloa conforman el menú de cerca de 18 platos de Cruzs Mexican grill. Este emprendedor se sorprende de la aceptación de sus elaboraciones por parte de la comunidad Iñupiat, a quienes, incluso, les gusta más el picante que a los mexicanos, dice.

Por su parte, Liliana ofrece los más variados dulces y tartas. Junto a eclairs, brownies, tiramisúes, pies de limón, cheescakes, pueden verse, al más puro estilo cubano, flanes, pasteles de hojaldres, el clásico Napoleón (milhojas), o señorita, como lo conocemos en Cuba.

Algunas de las ofertas que pueden adquirirse en Cruzs Mexican grill y en Lilianas fresh baked. Imagen: Cubalite.

La taquería y la dulcería comparten el mismo espacio físico. Sus suministros llegan desde el exterior, en un flete que puede tardar meses en arribar. En ocasiones, cuando sus dueños viajan a otras ciudades, también compran ellos mismos los productos.

El diario Noroeste ofreció información actualizada sobre la situación de este emprendimiento en tiempos de coronavirus. En plena pandemia, y a 50 grados bajo cero, el local ha permanecido abierto durante todo el tiempo. Brinda solo comida para llevar en los taxis locales.

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