10 series animadas que todo adulto debería ver

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En estos días del #quédateencasa, probablemente quieras que el tiempo se te vaya volando y, para ello, qué mejor propuesta que la que ofrecen las series animadas para adultos. Aquí te dejamos 10 sugerencias que pueden mantenerte despiert@ hasta la una de la mañana, hora en la que ETECSA… tú sabes.

The Simpsons (Fox)

¿Es posible decir algo nuevo sobre la familia amarilla de Springfield y sus pintorescos vecinos? Supongo que sea suficiente con apuntar que esta creación de Matt Groening mantiene intacta su popularidad después de tres décadas al aire. Nacidos en 1987 como un corto para El show de Tracey Ullman, el quinteto de Homero, Marge, Lisa, Bart y Maggie (sin olvidar a El ayudante de Santa y Snowball II, sus mascotas) trascendieron eventualmente ese espacio y se convirtieron en una de las mejores producciones televisivas de la historia. Aunque en los años recientes ha perdido un poco el encanto primigenio, Los Simpson siguen dando la nota. ¡Duh!

Rick and Morty (Adult Swim)

Una suerte de versión ácida y extremadamente sórdida del profesor Emmet L. Brown y su amigo Marty McFly, protagonistas de la trilogía Back to the Future, es lo que nos ofrece este exitoso show de Dan Harmon y Justin Roiland. Un genial profesor plagado de traumas y conflictos y su nieto de 14 años, tonto y cobarde, viajarán a través del tiempo y el espacio resolviendo problemas y creando muchos más por el camino.

Me atrevería a decir que desde The Simpsons no se había hecho algo tan trascendental, pues además de su brillante humor, R&M está empapado de una mirada a medio camino entre Nietzsche y Sartre, mediante la cual los temas más simplones son desmontados desde una óptica existencialista. Como diría el propio Rick en uno de los episodios: “Nadie tiene un propósito, nadie pertenece a ninguna parte, todos vamos a morir. Vamos a ver la tele”.

Ghost in the Shell (Nippon TV)

Paramos un momento de la comedia y nos metemos de lleno en este anime de dos temporadas, tituladas GitS: Stand Alone Complex y GitS: S.A.C. 2nd GIG (2002-2003). Basado en la historieta de Masamune Shirow, GitS nos coloca en el año 2030, momento en que Japón se ha convertido en la principal potencia mundial, como resultado de su capacidad para reciclar desechos nucleares. Ahí vive Motoko Kusanagi, brazo ejecutor de la Sección 9 de Seguridad Pública, quien junto a su equipo de cyborgs y humanos mejorados se encarga de lidiar con amenazas de diversa índole. El leit motiv de la serie, y a la vez el conflicto fundamental de la protagonista, es la posibilidad de que el alma (ghost) pueda vivir dentro de sistemas cibernéticos. Siguiendo esa línea, la trama también intenta imaginar y reflexionar en torno a un futuro en que lo orgánico y lo sintético coexisten comúnmente en un solo ente o entorno.

South Park (Comedy Central)

“Oh Dios mío, han matado a Kenny… ¡hijos de p…!”  Con esta línea podríamos entender perfectamente el sentido de este programa, en donde un cuarteto de niños ‒Stan, Kyle, Cartman y Kenny (el pobre que muere frecuentemente)‒ es el centro de relatos llenos de humor negro, surrealismo y crítica social, contados con lenguaje muy ofensivo. No obstante, y superada esa primera impresión, SP representa, junto al “quinteto de Springfield”, un excelente reflejo de la historia reciente de Estados Unidos, nación que ha sido fustigada sistemáticamente en los episodios emitidos desde su debut en 1997.  El “látigo” de los creadores Trey Parker y Matt Stone no se ha cansado de golpear cuando —y cuanto— ha querido a presidentes, figuras del espectáculo y todo tipo de personajes de cierta exposición mediática, dando la impresión de que nadie escapa “vivo” de SP.

BoJack Horseman (Netflix)

Un caballo antropomórfico, ex estrella de la comedia televisiva, vive perdido entre su extinta fama y el desastre que es su vida íntima. Por ahí van los tiros alrededor de BoJack (Will Arnett), quien se decide a escribir su autobiografía para ganar unos “pesos”, mientras trata de resolver asuntos como el desapego emocional y la incapacidad para reconocer sus errores. Por si fuera poco con el ‘prota’, hay sazón en los restantes personajes: su ex, la gata Princess Carolyn (Amy Sedaris), la escritora fantasma, Diane Nguyen (Alison Brie), Mr. Peanutbutter (Paul F. Thompkins), novio de Diane y amigo/némesis del señor Horseman y Todd Chávez (Aaron Paul; a.k.a. el Jesse Pinkman de B.B.), joven desempleado y foco de problemas. Todos viven en Hollywood, sitio en donde ocasionalmente se cruzarán con famosos que estarán felices de hacer algún cameo.

Æon Flux (MTV)

Por si no lo sabían, les digo que la principal cadena de música del planeta también tiene series que valen la pena. Los mismos que impulsaron shows humorísticos notables como Beavis & Butt-Head o Daria, se encargaron de crear un producto totalmente exótico y apartado de cualquier estándar. Algo así es AF, una historia de ciencia ficción que, dividida en seis cortos y 10 episodios, narra la lucha entre dos naciones: Bregna y Monica, cuyas diferentes realidades coexisten divididas por un muro fortificado. En ese mundo vive Æon, miembro de la resistencia monicana que intentará subvertir los planes del bregnano Trevor Goodchild. Eso sí, aunque la explicación inicial luzca sencilla, esta serie de 1991 tiene muchas capas y lecturas. Por eso, si logran conseguirla, les advierto que tengan paciencia mientras la ven (y nos la copien, si no es mucho pedir).

Family Guy (Fox)

Tal vez algunos conozcan a Seth MacFarlane como el capitán Ed Mercer en The Orville, y es posible que también puedan identificarlo como la voz del “tierno” Ted. Sin embargo, McFarlane había llegado a la fama desde antes, cuando lanzó una comedia en que se burlaba con saña de los estereotipos de la familia estadounidense. Peter Griffin, el padre inepto y despreocupado; su esposa Lois, más lista de lo que parece; la hija Meg, pacifista, feminista y vegana; su hijo Chris, un chico con más apetito que cerebro; el bebé Stewie, sexualmente ambiguo y con instintos matricidas; y el perro Brian, un animal capaz de hablar y de quitarse las pulgas a la misma vez. A pesar de los ingredientes comunes, FG no tiene miedo de parecerse a “colegas” como The Simpsons o South Park, hecho del cual se ha burlado hasta su creador. A pesar de eso, logra salir a flote y trascender la etiqueta de plagio, para convertirse en una opción más para ver… o no.

Archer (FX)

Si en otras series se “quema” al mundillo artístico o al ciudadano promedio, en este caso el “objeto de estudio” son los espías. La Agencia ISIS y sus operativos, encabezados por el agente Sterling Archer, se moverán en un espectro absurdo: un día hablan de luchar contra los soviéticos, y al otro reconocen la existencia independiente de Turkmenistán. Asimismo, un personaje puede recordar la Primera Guerra Mundial y la Guerra Fría, así como usar una máquina de escribir ahora, y luego tener memorias USB. Tanto es así, que en un episodio, cuando son interrogados por la fecha, nadie sabe qué responder. La trama en sí también tiene sus disparates, pues comienza con las actividades de ISIS, pasa luego a la fundación de un cártel por parte de sus integrantes, y más adelante sigue a Archer en un mundo que se inventa mientras pasa el coma.

Bob’s Burgers (Fox)

La vida de Bob y su prole gira en torno a una hamburguesa. Resulta que este señor, dueño de un negocio para vender el susodicho condumio, goza a diario su trabajo junto a los suyos ‒la esposa Linda y los hijos: Tina, Gene y Louise. Aprovechando ese contexto, el creador, Loren Bouchard, trata tópicos principalmente enfocados en los fenómenos regulares de la dinámica laboral, aunque también usa las relaciones intrafamiliares como un conducto para expresar inquietudes presentes en muchos hogares de todo el mundo. Algunos la han tildado de “menos madura” que otras propuestas, pero lo cierto es que esa misma frescura hace que este trozo-de-carne-televisiva-prensada sepa muy bien al paladar.

Futurama (Fox)

Los que no la conozcan, dirán: “meh, son Los Simpson en el espacio”, pero se equivocan, y mucho. Futurama sí es de Matt Groening, pero para nada es un clon de Springfield y su gente. Empezando por sus no-hepáticos personajes, la “banda” formada por Fry, Leela, Bender, el profesor Farnsworth y el doctor Zoidberg, entre otros, es un conjunto que no se parece demasiado a ningún otro en la televisión. El show, que aparenta ser un ensayo de la vida que tendría lugar dentro de mil años en el futuro, no es más que una constante reflexión de lo que somos ahora, y de cómo es posible repetir una y otra vez los errores de hoy. Si algo llama la atención en esta propuesta cómica, son las constantes y acertadas referencias científicas, que si se saben leer acertadamente, pueden dar un valor extra a la serie, tal y como sucede con The Big Bang Theory.

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