Retrospectiva: Grandes en retirada (Peter Frampton)

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Peter Frampton. Foto: Getty Images.

El año que aún no concluye ha presenciado la “retirada” de grandes artistas que fueron populares en décadas pasadas. Por solo mencionar algunos, Camilo Sesto, José José y Karell Gott pasaron a integrar, como dijera el amigo Frank, el coro celestial. Sin embargo, a ellos se le suman otros legendarios intérpretes, como el guitarrista Peter Frampton y la banda Toto, que decidieron concluir en vida sus actuaciones públicas.

A Frampton lo conocí a través de un amigo rockero en el pre. Carlitos, que nos llamaba “pepillos agrícolas” a todos los que no vivíamos en Pinar o San Cristóbal, parecía sabérselas todas a pesar de la falta de información que teníamos por esa época. Digo “parecía” pues todavía lo recuerdo diciéndonos –o “tupiéndonos” con aquello– que Peter había sido cirquero o trapecista –dato no verificado– y que la correa de su guitarra tenía colores como el arcoíris –seguro que vio la carátula de algún disco, cosa no muy común por aquellos años.

Esas conversaciones se repetían mientras escuchábamos Baby I Love Your Way o Show Me the Way en una grabadorita de cassettes mono, unas veces inaudible y otras amplificadas usando no-se-qué-entrada en un televisor Krim. Lo mejor era cuando sonaban las primeras seis notas de Do You Feel it Like We Do? y Carlitos se animaba a contarla como una película: “Y ahora la guitarra hace esto…” y “Oye cómo va a gritar el público”.

Con el tiempo comprobamos que nuestro ídolo no necesariamente hacía que su guitarra hablara, como especulábamos entonces, sino que cantaba pegado al micrófono con una manguerita “de suero” en la boca: el tubito bajaba a un dispositivo eléctrico conocido como talk-box que producía un efecto distorsionador de la voz –el “cuño”– de Frampton. También nos enteramos de que Frampton Comes Alive ha sido uno de los álbumes en vivo más vendidos de la historia del rock –se calcula que 11 millones– y que estuvo 97 semanas en lo más alto de las listas de éxitos. Supe también que pasó brevemente por La Habana en 1999 para el taller Music Bridges y le regaló una de sus guitarras a mi amigo Ernesto Juan –la vi en la sala de su casa, pero ni me atreví a tocarla.

Recientemente, leí la fascinante historia de cómo recuperó su vieja Gibson Les Paul de 1954 –la misma guitarra con la que tocó Do You Feel It…– después de darla por perdida en un accidente aéreo en Venezuela 31 años antes. Y sin siquiera soñarlo –porque hay sueños que no se materializan y cosas que ni le pasan a uno por la mente y se hacen realidad– tuve hace poco la posibilidad de ver al tipo ahí… no una, ¡sino dos veces! a escasos 40 metros de donde yo estaba sentado, canoso y medio calvo, viejito, pero en una increíble forma artística.

Para llegar al primer concierto tuve que manejar hora y media. Fue un show a guitarra acústica, pero Frampton se pasó buena parte del tiempo haciendo historias y su selección de canciones no fue la que esperaba. Como ya era tarde, con trabajo y escuela al día siguiente y había que manejar de regreso por un pasaje montañoso, tuve que renunciar a los dos números del cierre. Do You Feel It… a guitarra limpia y sin efectos era uno. Pero me iba con un pullover de la gira, un afiche autografiado y un sentimiento de realización personal por haber visto, en vivo y en directo, a uno de los intérpretes que no he dejado de escuchar en 40 años.

Lo que no imaginé fue una segunda y última oportunidad, ya que Frampton anunciaba a los medios que había sido diagnosticado con una enfermedad muscular degenerativa que pronto le impediría mantenerse en pie. Previendo la llegada de ese momento no deseado, había pasado numerosas horas en el estudio grabando éxitos de otros músicos –All Blues es el título del álbum- y decidió hacer su última gira. Era evidente que esta vez iba a ser una despedida por todo lo alto, sin mucho parloteo y valía la pena volver al auditorio.

De alguna forma, los astros se alinearon. El concierto más cercano a casa –aunque a tres horas por carretera– era el día de mi cumpleaños, en la ciudad cuyo aeropuerto íbamos a utilizar para visitar a familiares y amigos distantes. El vuelo de regreso no se retrasó. A pesar de un tráfico congestionado y lento, encontramos el lugar de parqueo sin tener que culpar al GPS –o a mi herencia pinareña–. No había cola para entrar, ni para comprar la mercancía que acompaña al evento artístico –me llevé otro pullover–, ni para tomarme una cerveza tranquilo y relajado. Los asientos que reservamos resultaron mejores en la vida real que en el mapa online.

La banda tributo a Led Zeppelin, liderada por Jason Bonham, calentó el auditorio por unos 45 minutos y dio paso al esperado viejito medio calvo y canoso que una vez más se presentó en una excelente forma artística y también física, como el adolescente que yo era cuando lo escuché por primera vez. Entre sus éxitos conocidos, nos sorprendió con versiones de Signed, Sealed, Delivered, I’m Yours de Stevie Wonder, Georgia on My Mind, que hemos oído a Ray Charles o Michael Bolton, y el clásico de los Beatles While My Guitar Gently Weeps.

Frampton aprovechó la ocasión para dedicar un número a su extecladista y casi-hermano Bob Mayo, fallecido durante una gira quince años atrás. Y llegó el esperado momento. “¿Están listos?”, preguntó varias veces para recibir un “Sí” cada vez más alto. Desde la parte trasera del escenario, un técnico vestido de negro trajo la legendaria Gibson Les Paul y fue como si hubiera hecho entrada alguien mucho más importante e inesperado para “eclipsar” al intérprete que daba unos toquecitos a la “manguerita” de su talk-box.

Sonaron las conocidas seis primeras notas y una ola de euforia mayor a la que ya había creó una fuerza extraña que me levantó del asiento. En fracciones de segundos, como suspendido en el aire, me vinieron a la mente Carlitos y mis viejos amigos pepillos agrícolas… Miré alrededor como si fuera a encontrarlos en el público, porque si era yo el que iba a contar esta experiencia, como una película, tampoco me iban a creer.

Continuará la semana próxima….

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Te dejamos con una pequeña playlist de Peter Frampton

Do You Feel it Like We Do?
Show me the way
Baby I love your way
I’m in you
All I Want To Be Is By Your Side
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