«Polilla» o cómo acercarte al español de Cuba de una manera divertida

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Foto tomada del perfil en Instagram de Polilla (@polilla.cu).

Ante la pregunta ¿cómo surge la idea de crear la página?, Polilla responde “de chiripazo, golpe de surte” y se ríe. “No tiene nada que ver con el significado, sino con la palabra en sí”.

“Hace dos años hice un viaje con mi pareja. Tú sabes el trabajo que pasamos los cubanos para que se nos dé un viajecito y, por supuesto, este no estuvo exento del papeleo, del trámite cansino; aquello no tenía pinta de cumplirse y se le quedó entre nosotros el nombre de chiripazo.

“Un mes después, por alguna extraña razón, llega a mí, de manera digital, la primera edición del Nuevo Catauro de Cubanismos, de Fernando Ortiz, y para mi sorpresa ahí estaba chiripazo, en la página 204”. Lo recuerda porque le hizo una captura de pantalla para mostrarle a su novio.

Cubacitas

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A la persona detrás de Polilla le gusta coleccionar: “tengo dos libretas viejitas con recortes del espacio Del español nuestro”. Sus inspiraciones y fuentes de consulta son muchas: “Mi suegra Sofía, que es madre, médico, lectora empedernida, una mujer súper espontánea con un lenguaje riquísimo. Es una de las personas que más admiro: en su discurso, se traslada del registro culto al popular y Polilla está inspirada en ella principalmente”.

Otros autores y obras de obligada referencia son “el Diccionarios de voces cubanas, escrito por Constantino Suárez; Esteban Pichardo y su Diccionario provincial casi razonado de voces y frases cubanas; Ricardo Riverón y su exquisito y chistoso El ungüento de la magdalena; El libro primero de los gazapos, de Fernando Carr Parúas; El habla popular cubana de hoy, de Argelio Santiesteban, y otros como Juan Marinello, Juan Padrón, Samuel Feijóo, Onelio Jorge Cardoso, nuestra querida Carilda Oliver, Nicolás Guillén, por solo mencionar algunos”.

Hasta aquí, Polilla es alguien que tuvo un “golpe de suerte” y que tiene muchos libros, pero con un concepto muy claro: “leer no es solo devorar textos; la lectura es la madre de la empatía y yo necesitaba intercambiar con la gente, con la cultura popular”.

El 13 de mayo de este año surgió entonces la cuenta en Instagram @Polilla.cu.

Para ella, su página fue una “vía de entretenimiento y enriquecimiento personal durante la cuarentena”, pero que se expandió. “Hoy es un espacio al que llevamos experiencias y prácticas con las palabras, donde intercambiamos y aprendemos juntos, porque, a fin de cuentas, todo el mundo tiene algo que aportar, todos tenemos algo que decir”.

“Las palabras que publico tienen un fondo blanco o negro, y cuando lo tienen gris significa que no están registradas en los diccionarios (son inventadas o graciosas)”.

Durante toda la entrevista nos fue regalando citas –nótese el nivel de precisión–: “hay una expresión que me gusta muchísimo de Gonzalo Martín Vivaldi, que aparece en su Curso de redacción: teoría y práctica de la composición y del estilo, en la página 200, capítulo 3, y dice: «el diccionario va detrás de la lengua, es un espejo donde se refleja el decir de la gente»”.

En la cuenta de Instagram podemos ver un compendio de voces y sus significados, también memes y contenidos relacionados con la ortografía, e incluso datos curiosos sobre nuevas palabras.

En medio del intercambio, surgió la interrogante de cómo se conformaban los contenidos de la página y, una vez más, “chiripazo” estuvo presente. “Existen dos modalidades de chiripa, que puedo escuchar en la calle, en una canción, en la novela cubana… porque el argot es parte de nuestro lenguaje cotidiano y de nuestras costumbres, está en todos los sitios y resulta inevitable que en un momento determinado se nos escape alguna expresión. Por otra parte, los propios seguidores son los que me las envían, y la definición chistosa, generalmente, la creamos en conjunto”.

Polilla nos confesó que tiene una lista de deseos, por orden de llegada, con las peticiones o sugerencias de sus seguidores.

https://www.instagram.com/p/CFFTE7phC5I/

“Hace poco publiqué descuajeringar, debido a que una pareja tenía duda sobre su grafía y me lo hizo saber. Ella decía que era descuarejingar y él descuajeringar. Normalmente eso lo agrego a la lista, pero colé la petición de la pareja, todo por un bien común”.

Una de las estrategias que sigue es lanzar dos versiones de la palabra o frase con su significado para que sus seguidores, en las stories, escojan la que según ellos es la acertada. Luego da a conocer el resultado del sondeo y la respuesta correcta.

En el caso antes mencionado, “la mayor cantidad de votos se lo llevó descuarejingar, que es incorrecta, y cuando dejé la acertada, varios se resistieron porque toda la vida la habían escuchado así, y es que resulta difícil desligarnos de la costumbre: al haberla oído tantas veces, cayeron en la trampa y utilizaron la versión errada”.

Al revisar sus publicaciones e historias nos damos cuenta de que la retroalimentación es constante. “Desde el comienzo, hubo muchísima curiosidad y participación. Algunos seguidores prefieren comentar en los posts y otros intercambiar por privado; si durante la conversación me aparece algún punto interesante para los demás, pido permiso a la persona y comparto un fragmento de la misma. Hemos tenido debates intensos sobre ortografía. En los comentarios a veces me dejan conceptos diferentes al publicado o llevan la palabra a la vida cotidiana a través de ejemplos, y en ocasiones conectamos con alguna rama del arte”.

A Polilla le gustan las personas que escriben con curiosidades o recomendaciones. “Me encanta responder todos los comentarios, incluso puedo estar varios días sin entrar a la página porque me quedé sin datos y lo primero que hago es ir a los comentarios y los mensajes. Si me mandan algo con un estilo formal, pues respondo con igual tono, y si es un ejemplo desde el chucho y la diversión, replico jocosamente, siempre sigo el hilo”.

Aunque a priori lo parezca, ese espacio no tiene un fin humorístico. “Es inevitable que nos robe una sonrisa, pero nuestro sitio es un compendio de palabras del argot popular cubano, todas registradas en nuestros diccionarios, y tiene, además, el objetivo de rescatar expresiones que usamos cada día y pueden tener otros significados en nuestro contexto. También tiene una finalidad educativa: rescatar el uso del diccionario, el interés por la ortografía y las letras de una forma atractiva y dinámica”.

Cada domingo aparece un meme o una nueva palabra definida al estilo suyo, fresco y actual. “No quiero que nos quedemos en la superficialidad de las menciones de las expresiones y voces del argot popular cubano y que nos riamos y ya, sino que conozcamos su origen y definiciones por parte de los paradigmas de nuestro idioma en Cuba, que conectemos con las voces, las interpretemos e interroguemos; aquí somos mueleros, la verdad, pero a mucha honra”.

https://www.instagram.com/p/CAXzMdnp-zB/

Uno de los momentos que recuerda con especial detalle como parte del intercambio con los seguidores fue un diálogo con Toques de Río. “Los muchachos me contactaron porque querían definiciones sobre los títulos de sus canciones, entre ellas, Dale mambo, Chisme, Chancleta, Paʼ descargar y Formar crisis. No fue un trabajo ni una colaboración, Polilla les regaló las definiciones como parte del piquete de seguidores que son”.

Esta página tiene similitudes con otras fuera de Cuba como @pinpanpunco, @sehablausa, y puntos en común con las campañas que realizó Larousse, famosa editorial francesa, contra el acoso en México en el 2017 y sobre el reconocimiento de los mexicanismos en el año 2018.

De momento, detrás de ese espacio hay una sola persona, “pero me gustaría que se incorporasen otras que amen el arte y esto tan nuestro que es el español de Cuba”. En los planes de futuro está “llevar Polilla a la práctica, a los barrios, y conectar con diferentes ramas del arte y la educación popular”.

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