¿Qué ha sido de «Sombrilla», cantante de la Charanga Habanera en su época dorada?

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«Sombrilla» reside fuera de Cuba desde hace varios años. Foto tomada del perfil en Facebook del cantante.

La historia de hoy tiene música, salsa, timba (sin moña) y varios apodos. La primera escena tiene lugar en 1991, durante un tiempo en que la música popular bailable cubana tomó un rumbo diferente y algunas orquestas comenzaron a forjar su leyenda sobre las pistas de baile.

A inicios de los 90, La Charanga Habanera era aún un proyecto en pleno despegue cuando aterrizó allí Mario Antonio Jiménez Sánchez, muchacho de 19 años que llegó para convertirse en el benjamín de la alineación y en uno de los artífices de su boom definitivo.

“Era el más chico de la banda y todos los que me rodeaban eran leones musicales. Fue muy fácil sentirme en confianza, puesto que, aparte de ser leones musicales, eran un buen equipo y con gran calidad humana, éramos una familia, contó Mayito en una entrevista de 2020.

El apodo de «Sombrilla», como todos lo conocen en el mundo artístico, se lo ganó gracias a un hermano insistente y al choteo cubano de toda la vida.

“Mi hermano mayor fue a probarse como tumbador de la Charanga, pero se quedó Vitico (Vistimen) y David no le dijo nada y él siguió yendo. La gente, que ya sabía que el puesto era de Vitico, le puso el apodo de ‘Sombra’, porque decían que eso estaba haciendo. Más adelante, ya mi hermano no fue más y después David Calzado me llamó a mí. Cuando fui al ensayo y los músicos me vieron, lo primero que dijeron fue: ‘este es el hermano de Sombra… este es Sombrilla’”.

Jiménez llegó a la banda, surgida a finales de los 80, como sustituto de Luis Alberto Leyva, alias “Empanada”, y a pesar de su juventud se convirtió en uno de los rostros más identificables en uno de los grupos más famosos del país.

Su excelente voz sonera estuvo detrás de Me sube la fiebre, uno de los primeros súper hits de la Charanga…, gracias al cual David Calzado y los suyos se posicionaron seriamente en el panorama sonoro de la Isla.

Además, Mayito aportó a la agrupación su gran carisma escénico, versatilidad en los arreglos vocales y, cómo no, firmó aquella frase de “eeeh, di tú”, que se volvió viral cuando aún nadie en este archipiélago soñaba con internet.

Según él mismo reveló hace par de años, también fue compositor y letrista del exitazo que dio título al álbum Hey, you, loca (1994), además de otros temas como La atmósfera y Yuya la charanguera, este último incluido en el disco Pa’ que se entere La Habana (1995).

Tras un paso exitoso por la Habanera, en 1998 Mayito y varios integrantes se separaron de Calzado para crear la Charanga Forever, proyecto que en su momento dio mucho de qué hablar, pues surgió luego de uno de los momentos más polémicos de la música cubana en los años 90.

El comienzo del fin de aquella etapa tuvo lugar en julio de 1997, cuando David y los suyos ofrecieron un multitudinario concierto en el Malecón, durante el XIV Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. El show fue emitido por la televisión nacional sin corte alguno y algunas actitudes de la orquesta provocaron la furia del puritanismo institucional. Al final, la Charanga fue sancionada a seis meses sin difusión alguna por los medios nacionales y eso provocó el cisma.

Luego Mayito se mantuvo con la Forever durante un largo período, hasta que formó su propio proyecto y partió hacia Europa. Viajó por Turquía, Francia, Italia y Rumanía, país en donde se estableció y luego formó un nuevo grupo, nombrado Timba Light.

Con esa alineación lanzó en 2012 el fonograma Apretaste, en donde incluyó temas salseros como No te quedes con las ganas, Tin Marín, La estrella soy yo o La mentirosa, además de otros fusionados con géneros urbanos, a dueto con sus hijos, Misdel y Misyel, conocidos como Tata y Tito, respectivamente.

Paralelamente a su carrera individual, en 2016 se juntó con otros excharangueros, como los cantantes Leo Vera y Danny Lozada, además del percusionista Vitico y el timbalero Eduardo Lazaga, entre otros, para hacer una gira por el Viejo Continente, que les permitió tocar nuevamente temas clásicos de su tiempo en Cuba.

Tras cinco años en Bucarest, la capital rumana, en 2017 se fue a vivir a Santander, España, nación en la que ya había realizado conciertos esporádicamente. Desde que reside en esa urbe, capital de Cantabria, Sombrilla ha continuado haciendo música y en mayo de 2020, antes de que se desatara totalmente la pandemia de la Covid-19, logró llevar su arte a Lima, Perú, nuevamente junto a Lozada y otros músicos antillanos.

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