“Ratched”, una bella estética empañada por un guion pésimo

4 min


0

Vivimos en lo que, audiovisualmente hablando, podríamos llamar “la era del remix constante”. Cierto es que durante toda la vida se han “refrito” contenidos con tal de generar algo que la audiencia reciba como “original” o “novedoso”, pero da la impresión de que actualmente ya estamos llegando al límite de esa tendencia.

El último ejemplo de esto vio la luz el pasado 18 de septiembre, cuando Netflix estrenó Ratched, una serie de ocho episodios que se identifica como una precuela del mítico filme One Flew Over the Cuckoo’s Nest (Alguien voló sobre el nido del cuco/Atrapado sin salida).

La serie, producida por Ryan Murphy (Nip/Tuck, Glee y American Horror Story), funciona más bien como una especie de re-imaginación del universo creado por Milos Forman para aquella cinta lanzada en 1975. El tema es que la dura realidad presentada en la película original, llena de blancos y grises, aquí termina siendo Murphy-ficada, o lo que es lo mismo, repleta de colores vivos, gore ligero, diálogos incómodos y humor camp, ese que se basa en la exageración del mal gusto.

Todo comienza cuando Mildred decide irse a trabajar a un hospital psiquiátrico en donde se dice que están probando nuevas técnicas para tratar a los pacientes. El objetivo de Ratched es (¡ALERTA DE SPOILER!) ponerse en contacto con su hermano adoptivo Edmund, quien ha sido internado allí luego de asesinar salvajemente a varios curas, y convencer a todos de que él está demasiado mal de la cabeza como para ser procesado por su crimen.

El rol de la icónica enfermera, símbolo de abuso institucional y monstruosidad humana en la interpretación original de Louise Fletcher, aquí “revive” gracias a la maravillosa actuación de Sarah Paulson, de quien nada negativo puede decirse. El trabajo de esta mujer, a la que admiramos desde que su primera aparición en American Horror…, pero a quien declaramos amor eterno tras su desempeño en American Crime Story: The People v. O. J. Simpson, es posiblemente la mayor fortaleza que tiene esta propuesta.

La forma en que Paulson nos va mostrando a retazos cómo ocurre la transformación de su personaje, mediante sutiles y contenidas expresiones, reflejan un mundo interior lleno de sombras y convierten a su alter ego de turno en un ser al que cualquiera en su sano juicio debería temer. Además de la maldad que parece cargar consigo, Mrs. Ratched tiene un problema serio con su sexualidad, algo que se expresa en su relación con Gwendolyn Briggs (Cynthia Nixon), vínculo que no deja del todo claro si la perturbada enfermera es homófoba o solo una gay reprimida.

Además de la protagonista, el resto del elenco no se queda atrás. Ahí están los estelares Finn Wittrock (American Horror Story: Freak Show), Cynthia Nixon (Sex and The City), Judy Davis (The Dressmaker) y la mismísima Sharon Stone (¿hace falta presentarla?) como un soporte de lujo perfecto para que Paulson/Ratched puede hacer una exhibición incluso mejor, si es que eso fuera posible.

Por otro lado, también hay que decir que, estéticamente, Ratched aprueba el examen con méritos. El final de los pasados años 40 aparece reflejado con gran belleza en sus escenarios y sobre todo en el guardarropa de su protagonista, elemento que, siendo esta una obra de Murphy, no podía pasarse por alto.

También las tomas y planos están muy bien distribuidos, lo cual contribuye a que el show sea todo un espectáculo a nivel visual y, de paso, nos olvidemos por un rato de lo chapucero del storytelling. En fin, aunque “lo de adentro” no es lo mejor que podían ofrecer, al menos logran atraer al público con un “envoltorio” brillante.

Pero, obviamente, hay que caer en algún punto bajo, que es el libreto del creador Evan Romansky y su interacción con la visión de Murphy.

En primer lugar, Ratched se piensa a sí misma como una serie de horror, pero falla a la hora de meternos miedo. Todo lo sutil que es la obra de Forman se pierde en el momento de presentar esta nueva propuesta, que horroriza por su mala escritura y no por escenas e historias que no aportan nada, tal como la del chico y la sierra o la trama de Charlotte Wells (Sophie Okonedo) y sus múltiples personalidades.

Así, la intensa violencia que tanto le gusta al bueno de Ryan termina por entorpecer el disfrute de lo que está en pantalla, y eso es algo que difícilmente le perdonemos.

Si hay una escena que resume todo lo desastroso y forzado del guion es aquella en que se nos presenta la crianza de Mildred y Edmund, etapa en la que ambos niños huérfanos pasan de unos “padres” abusadores a otros que los convierten en estrellas… de un espectáculo para pedófilos que pagan por verlos fornicar sobre el escenario.

Este segmento, que posteriormente podría servirles a los showrunners para explicar mejor la relación “fraternal” entre ambos personajes, es solo el ejemplo más penoso de cómo se pretende conmover por el método de la “fuerza bruta”.

Luego de pasar por encima de ella apresuradamente, podemos decir que Ratched resume bastante bien lo que viene siendo últimamente el trabajo de Ryan Murphy: historias con un enorme potencial que son echadas a perder debido a una pésima puesta en escena (recordemos la fallida Hollywood) y la incapacidad de su (talentoso) creador para superarse a sí mismo y aprender de sus errores en materia audiovisual. Hasta ahora, está confirmado el rodaje de una segunda entrega que bien podría ser la última si no consiguen darle una coherencia decente a lo que se cuenta.

Sin embargo, y problemas aparte, es algo que vale la pena ver. Sí, en el fondo es basura, pero sin dudas una que se las arregla para destacar por encima del resto.

Anuncios
Anuncios
Anuncios

Un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

  1. No estoy para nada de acuerdo con este artículo la serie está genial. Te engancha desde el momento uno la atmósfera, la trama, el maravilloso elenco que tiene. Todo en esta serie es realmente genial vale la pena verla.

× ¡¡¡Contáctanos!!!