De la misma manera en que la música ha estado vinculada a las emociones o a la gastronomía, también ha estado conectada con el transporte de diversas maneras.
No son pocas las bandas, fundamentalmente de rock, que decidieron nombrarse como vehículos motorizados o impulsados por alguna otra fuente energética: Led Zeppelin, Grand Funk Railroad, REO Speedwagon, Lokomotiv GT, The Cars, Jefferson Airplane, Starship, The Tubes y Los Mustang, por solo mencionar algunos.
Incluso, el dúo Air Supply, al que nuestros locutores de radio nunca encontraron un nombre equivalente adecuado en español -¿se imaginan el grupo Ponchera?- ha usado el globo aerostático (sí, similar al que usó Matías Pérez) como elemento gráfico distintivo.
No pocos son los temas dedicados a los más variados medios de transporte –Hasta Santiago a pie y otros similares no califican aquí- ya sea para elogiar su potencia (Long train running, Jet), elegancia (Little red Corvette), desempeño en la vía (Stairway to Heaven) o incluso confiabilidad (Cuando el mulo dice no, ni a palos sube).
Y tampoco faltan las canciones que aluden a estos medios de manera metafórica –Ships habla del distanciamiento entre padres e hijos como barcos que se cruzan en la noche-, las que nos cuentan historias -el video Bycicle ride muestra, explícitamente, eventos anuales donde los ciclistas pedalean desnudos en ciertos lugares del mundo- o las que utilizan historias cotidianas mezcladas con el doble sentido (Lo que me pasó en la guagua).
En consecuencia con lo anterior, aquí les va una muestra variada -y como siempre, incompleta- de grupos y canciones que honraron el transporte, no importaba si estuviera bueno o malo.
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