«Rick and Morty» a lo cubano o «Wilfredo y Yasmani»: la historia tras los nuevos videos virales

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Adriano López, Comepizza, es Wilfredo, pero también Yasmani y todos los demás que aparecen en los episodios. Foto cortesía del entrevistado.

-Hace tres días que hay pollo en la carnicería y nadie lo ha ido a buscar.

-Ay, pobre pollo, nadie lo ha ido a buscar.

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-Yo no puedo estar toda la semana recargándote como si yo fuera milloneta, si yo pongo el paquete de 1GB y me dura los 30 días.

-Es que tú no haces nada en internet, viejo.

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-Ponte pa las cosas asere, estamos en cuarentena, pero no has hecho ni ping*!*, no estudiaste pa las pruebas, no botas el pan, no buscas la basura.

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-Tanto lío y al final no le dijo nada a la mamá. Nos tiene cogido pa las cosas la novela esta.

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Las aventuras del científico Rick y su nieto -influenciable, no influencer-, Morty, han dejado de ser intergalácticas para aterrizar en la Cuba actual. No parece haber una situación que se le escape a Wilfredo y Yasmani: colas, brigadas anticoleros, fiestas, propagación de epidemias, coronavirus, salir sin nasobuco, agentes del orden público…

Todo aquel que haya visto algún capítulo de las cuatro temporadas de Rick and Morty, la serie de televisión estadounidense de animación para adultos, no imaginaría que quizás se disfruta mucho más cuando la vemos adaptada al contexto cubano.

Primero, por si no la conoces, te ponemos al tanto de la versión original: Rick Sánchez, el abuelo de la familia, es un viejo científico con problemas de alcoholismo que habla vulgarmente y arrastra a su nieto Mortimer »Morty» Smith con él en sus travesías por distintas dimensiones donde pelea por conquistar nuevos mundos. El niño no destaca precisamente por su inteligencia.

Mientras, en la adaptación cubana, esta familia vive en La Habana y se halla en cuarentena debido al coronavirus. El abuelo no aguanta más con el niño dentro de casa: el pequeño no estudia, ni colabora en las labores del hogar, pues se pasa todo el día conectado a internet a través del móvil. Similar a como hacen Rick y Morty, Wilfredo y Yasmani también viajan en el tiempo, y su lucha, de momento, tiene lugar en colas o mientras intentan frenar la pandemia.

Incluso, aquellos que no tienen ni noción del audiovisual original, se divierten con la versión “a lo cubano”. Para conocer más sobre esta idea, conversamos con Adriano López, «Comepizza».

“Creo que el pequeño éxito de los doblajes que hice se debe a que muchos cubanos ven a personajes que han sido como ídolos, desenvolverse de la misma forma en que lo hacemos nosotros. La serie original tiene un humor más global y a lo mejor no todos los cubanos la entienden, pero yo trato de utilizar dichos que tienen que ver con nuestra idiosincracia, temas de aquí, y eso crea una empatía”.

“Siempre pensé que iba a gustar, porque a mí, como a muchas personas que conozco, me gustaría ver cómo hubiesen sido algunas series en cubano. Es un producto que si no lo hubiese hecho yo, igualmente lo hubiese agradecido muchísimo”.

En cuanto al proceso creativo, para poder disfrutar de un video de dos minutos y medio, hay mucho trabajo detrás. “Todo lo hago yo: edición, postproducción, música, voces, efectos de sonidos… si el muñeco se cae al piso, yo me tiro también y grabo; si da pasos, los hago (puf puf… suena en el audio). Es súper divertido verme haciendo esas cosas. En el capítulo cero, que fue como una prueba de fuego, hay otra voz, pero fuera de eso, todo yo. Mi hermana Patricia me ayuda con ideas. Ahora está en 12 grado y me consiguió teleclases para poner. También colabora en cuanto a la conformación de lo que va a suceder en el episodio”.

Aunque parezca fácil, la realización requiere tiempo, pues “tampoco me gusta doblar por doblar”. Comepizza no escoge una escena de la serie original y le pone voces debajo. “Yo creo una historia a mi gusto, y a partir de ahí selecciono fragmentos, armo un picotillo -el último tiene escenas de 7 capítulos de las 4 temporadas. Primero me invento mi propia trama y luego busco pedazos que pegarían con lo que estoy contando. Si quiero decir un texto y es más largo de lo que están hablando en el video, alargo, pongo en loop la palabra que están diciendo, y ahí soy libre de decir lo que quiera (el que tenga conocimientos de edición puede notarlo: hay veces en que el personaje se queda en bucle haciendo el mismo movimiento)”. Adriano también es de los que se fija en que “los protagonistas muevan la boquita al mismo ritmo”.

Intenta, además, respetar la esencia del original. “Yo estoy haciendo un esfuerzo por que la serie tenga sentido con la historia que quiero contar. Trato de adaptar el mismo tipo de humor en cuanto a la estructura que tienen los guiones, y de mantener el formato de sus capítulos, pero los hago más cortos”.

Hasta el momento hay tres (aunque existe un “piloto prueba de fuego” estrenado el pasado año). Los temas que trata pertenecen, más que a la actualidad, al imaginario y la cultura popular del cubano. “Uno fue de las colas del pollo que estaba en tendencia cuando lo estrené, porque era cuando empezaba todo esto del coronavirus; luego vino el de las pruebas de ingreso ¿qué muchacho de 12 grado no está pendiente ahora mismo de las teleclases y de ver finalmente cuándo empieza la escuela?; de la novela El Rostro de los días también he hablado”.

¿Recuerdas cuando presentábamos al personaje de Rick y decíamos que hablaba vulgar? Wilfredo lo lleva a la cubanía. Dice algunas expresiones que muchos catalogan como “malas palabras”, aunque para Comepizza no lo son. “Siempre he tenido sentimientos encontrados con ese tema. Para mí, malas palabras son muerte, asesinato; las otras son simples expresiones que nacen en determinadas situaciones y que son parte del hablar del cubano”.

Al preguntar sobre si habrá más capítulos, Comepizza, que piensa “futurísticamente”, dice que cree que puede haber más, aunque no muchos. Considera que en algún momento se agotará el material de la serie Rick and Morty y entonces será momento de continuar con esta idea de “cubanizar” otras de sus preferidas, o algunas de las animadas para adultos más conocidas como Futurama o South Park.

“El primero fue normal, como el resto de mis videos. A la gente le gustó, pero no fue un fenómeno. El segundo sí sé que fue una cosa grandísima, lo compartieron muchísimas personas. Ahí sufrí algo que yo no llamaría «robo», porque también yo estoy robando las imágenes de la serie. Hubo una persona que lo compartió en sus estados sin dar mi crédito. Supuestamente, esa persona le pone siempre su nombre a los estados que sube y el video que se regó fue ese que él subió con su nombre: era un pedacito corto y se compartió muchísimo. Eso me ayudó porque llegó mucho más lejos que si lo hubiera compartido yo nada más. Como solo vieron 30 segundos, cuando lo tuvieron entero en Instagram se volvieron locos. Para el tercero hice una campaña en WhatsApp, entre mis amigos, para que lo compartieran en sus estados, pero solo un pedacito, y luego aparecía el enlace para verlo completo. Ha funcionado súper bien, es una publicación con gran alcance”. Comepizza habla, desde su experiencia, de algoritmos en redes sociales. “A veces funciona algo que, aunque no sea gracioso, si mucha gente lo comparte diciendo que sí lo es, es probable que todo el mundo empiece a decir o pensar que es gracioso”.

A Adriano lo conocí hace casi cuatro años. “Me conociste como youtuber y youtuber sigo siendo, solo que de tanto editar, aprendí y comencé a trabajar en varios proyectos, en los cuales aprendía más”. Ha estado vinculado a Jazz Vilá Projects como creador de contenido multimedia, y está en el proceso de edición de Vestuario o Maquillaje, la serie de teatro digital de esta compañía. También trabajó en el proceso de postproducción de 10 Latidos Por Segundo.

Durante la cuarentena, “el aburrimiento no fue mi acompañante, ni creo que lo será jamás. Mantengo la mente ocupada en lo que me gusta y aprendo. Paralelamente a todos esos proyectos, llevo mi canal de YouTube”. Cuando lo conocí, no tenía claro si era una persona o un youtuber. Ahora dice: “más bien soy un robot que no para de crear”.

P.D: Los videos de Wilfredo y Yasmani están disponibles en Instagram, Twitter, y en un canal en Telegram.

Aquí te dejamos los enlaces de los episodios en IGTV:

https://www.instagram.com/tv/CAJYgv-p-Yw/

https://www.instagram.com/tv/CDZ7RSIJJDA/

https://www.instagram.com/tv/CEaiA8GJP4T/

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