Todo el mundo debe tener una manera muy única de representarla, describirla y hacerla suya. Sin embargo, en el momento de decidir símbolos emblenáticos de La Habana, “ciudad mística y encantadora”, entre los favoritos aparecen el Faro, el más antiguo de América Latina, que advierte a los navegantes desde la entrada de la bahía, y la Giraldilla, veleta esculpida en forma de mujer que vigila desde lo alto del Castillo de la Real Fuerza. A 500 años de su fundación, muchas y muy diversas son las maneras para homenajearla. Desde Cubalite ya te contamos sobre algunas de las celebraciones llevadas a cabo por la compañía hotelera Iberostar:
¿Cómo vestiría La Habana? Iberostar lo resume en «500 años de estilo» (+ Fotos)
…ahora queríamos traerte dos productos cuya intención es capturar y transmitir la esencia misma de un lugar con tanta historia.
El Faro de La Habana, ron artesanal extra añejo
Este producto que forma parte, a su vez, de los coleccionables en la historia del Ron Ligero Cubano, es uno de los emblemáticos del aniversario 500 de la fundación de La Habana. Es una edición especial del Ron Conde de Cuba, primera marca para bebidas espirituosas que registrara la Empresa de Ingeniería y Servicios Técnicos Azucareros, Tecnoazucar, en la Oficina Cubana de la Propiedad Intelectual. Esta debe su nombre al que fuera Capitán General de la Isla (1823-1832), Excelentísimo Sr Francisco Dionisio Vives y Planes.
De la colaboración con Rives Distillery S.A. ha salido El Faro. Para su presentación, según detalla el dossier publicitario del producto, era necesario combinar un envase y empaque que hiciera recorrer de una simple mirada a La Habana. La decisión, entonces, pudo parecer obvia. Apareció luego esa botella, de producción artesanal, que evoca al mejor centinela de la bahía capitalina.
En cuanto a su sabor, se dice que está pensado para los que apuesten por nuevas sensaciones, debido a que se puede llegar a sentir La Habana desde su fundación y pasado hasta su presente. Su aroma de mar, madera envejecida, robusta, brisas refrescantes y ligera fogosidad, contrasta con el dulzor de su azúcar.
Para lograr esta mezcla, según han explicado sus creadores, el ron aúna reservas añejísimas, con restos de otros más antiguos, cinco bases diferentes que llevan en las barricas, al menos, treinta años, en cinco destilerías seleccionadas del Occidente, Centro y Oriente del país: las fábricas de Sevilla (Las Tunas), Nauyú (Ciego de Ávila), Paraíso (Sancti Spíritus), Santa Fe (Villa Clara) y las bodegas del Instituto de Investigación de la Caña de Azúcar (La Habana).
D Habana, perfume para mujeres
Con una fragancia donde se combinan aromas florales y de cítricos, la empresa Suchel Camacho S.A. ha decidido resaltar la delicadeza de La Habana. En la tapa del frasco, la imagen de la Giraldilla, como símbolo de la tenacidad y entereza de la mujer cubana. Ha trascendido, además, que el nombre D Habana es un juego de palabras y diseños, pues la letra D significa 500 en números romanos.
En su envase, además de una breve reseña de la romántica leyenda de la Giraldilla, aparecen las palabras que dedicó el historiador de la ciudad Eusebio Leal:
«Delicada fragancia, aroma sutil, solo perceptible en su intención íntima por aquellos que conozcan la clave del secreto. Dedicado a La Habana, ciudad bella con dulce nombre de mujer, como todo buen perfume se vuelve recuerdo inolvidable».
En el estuche aparecen otros símbolos característicos de la quincuagenaria Villa de San Cristóbal, tales como el Castillo de los Tres Reyes del Morro, la propia cúpula de la Giraldilla y el Capitolio.
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Existen otros productos comercializados por estos días en los que se ha estampado el diseño Habana 500. De alguna manera, visitantes y locales, podrán conservar objetos coleccionables de aquel tiempo cuando La Habana cumplió 500 años.
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