Salió de Cuba sola, a los 7 años, y consiguió triunfar como actriz en Estados Unidos

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Vivian Ruiz. Foto tomada de su perfil en Instagram (@@vvruiz25).

A Vivian Ruiz los más allegados le dicen Vivitica. Empezó desde muy joven en el mundo de la actuación y parece que ha estado siempre sobre las tablas o frente a las cámaras. Vivió sus primeros años en La Habana y luego llegó a Estados Unidos, donde ha triunfado no solo en la comunidad latina, sino también en el mercado anglosajón.

Su historia es peculiar. Vivía en el residencial barrio de Nuevo Vedado y desde los cuatro abriles tomaba lecciones de ballet clásico. En 1961, su familia decidió que lo mejor sería enviar a la niña sola hacia Estados Unidos. Acudió al aeropuerto en tres ocasiones. El momento de irse lo ha catalogado como “aterrador”. Sus padres estaban divorciados. Llegó a vivir a Miami con una tía.

Tenía siete años y se sentía desprotegida. La mujer que fue su maestra de ballet en la capital cubana la recibió en Florida y eso la hizo sentir cómoda. A los pocos meses llegaron su madre, sus tíos y el resto de la familia se unió.

En una entrevista confesó que en esa etapa lloró mucho. Derramó lágrimas desde que estaba en Cuba y supo que se iría; también lo hizo durante el viaje, dentro del avión, aunque tenía una azafata ayudándola; luego en Miami, cuando llegaban familiares y su madre todavía, pero desde entonces no lloró más. Al menos no por ese motivo. Dejó de llorar hasta que con 17 años, al recibir clases de actuación, le hacían recordar aquellos momentos para provocarle el llanto.

Volvió a Cuba a fines de 1970 para visitar a su padre. Lo identificó por la forma de caminar, mientras que él no la reconoció.

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Como mencionamos anteriormente, su vínculo con el mundo artístico comenzó desde bien temprano. Mientras era pequeña, consideró que la actuación le emocionaba. Se escondía tras las cortinas para ver la telenovela en un horario en que se la prohibían.

Continuó con el ballet, incursionó en otras danzas y entonces abrió su espectro. Asistió a talleres de teatro, clases de actuación y mejoró su dicción.

Forjó su carrera teatral en una etapa en que las organizaciones comunitarias estaban en auge y, asociada al Miami Dade Community College, y grupos como Prometeo y Avante, fue reconocida como la mejor actriz de la Florida en el Festival de Teatro de Daytona en 1986.

Otra de sus profesiones fue el magisterio, la cual ejerció durante 11 años. También se desempeñó en la radio, donde se le pudo escuchar en comerciales y doblajes. En este último acápite, participó en audiovisuales tan reconocidos como la serie animada South Park, en la cual dio voz a varios personajes.

Luego de más de 40 años en ese rol, reconoció: “es maravilloso doblar. Aprendes el sentido del ritmo, conoces a la persona… Existe traducción, adaptación, no solo Google Translator… no es posible ir a la misma vez doblando y corrigiendo”. Dejó de hacer este trabajo por los bajos salarios que recibía. Llegaron personas que no lo hacían tan bien, pero sí por menos dinero, lo cual influyó en que el pago por tal tarea disminuyera considerablemente.

Otro de los medios donde triunfó fue la TV. Sus primeras apariciones llegaron como profesora de español para angloparlantes. Más adelante asistió a castings y obtuvo papeles en diferentes audiovisuales.

Su trayectoria televisiva puede dividirse entre sus roles en obras en inglés y en su lengua materna. Entre las primeras destaca su presencia como actriz invitada en la exitosa serie Miami Vice (1988); su protagónico en Extralarge (1991 y 1993), donde dio vida a María Martínez y compartió escena con Bud Spencer, así como Bloodline (2015), uno de los primeros audiovisuales originales de Netflix.

Por otra parte, entre los latinos hizo historia. Fue pionera de la TV  hispana, tras convertirse en empleada de Hispanic Broadcasting Corporation, más adelante convertida en Univision. Debutó en un show con formato de variedades y entretenimiento, con el cual estuvo varios años al aire, Estreno y Estrellas, entre 1987-1993. En este programa ejerció la dirección.

En las telenovelas se le recuerda principalmente por Secreto de amor, donde se convirtió en Juliana, mientras que en La casa de al lado defendió el rol de Yolanda Sánchez.

Otra referencia obligatoria en la carrera de Vivian es su paso por las tablas, donde acumula representaciones de clásicos como Un tranvía llamado deseo, de Tennessee Williams, y otras de Ramón María del Valle-Inclán y Federico García Lorca.

En 2021, la revista People en Español pedía plegarias por la salud de esta destacada actriz, quien luchaba por su vida a causa del coronavirus. Luego de atravesar por un delicado estado, la cubana se recuperó y sigue activa. Actualmente reside en Miami y se desempeña como coach de actores.

Sobre la preparación de los artistas, ha dicho: “el actor siempre tiene que estarse reinventando porque la competencia es muy fuerte y muy dura; además, si eres inteligente, quieres constantemente estar aprendiendo, recibiendo información para que cada día puedas crecer más e interpretar mejor tus papeles (…) Es necesario aprender, estudiar y sacrificarse; hay personas que quieren hacerlo, pero otras quieren empezar a trabajar y ahí es donde está el problema”. Quizás eso resuma su trayectoria.

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