Sígueme para más consejos: «Hijo de Jesús», literatura rápida en tu cuarentena

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Portada de una de las ediciones de Hijo de Jesús, la obra que llevó a la fama a Denis Johnson. Foto tomada de Amazon.

No, no te asustes. No vamos a ponerte aquí una reseña literaria de tres kilómetros de largo por dos de ancho… Podrías asumir lo que viene a continuación como una especie de trailer o algo parecido sobre un libro que podrías disfrutar de principio a fin durante tres o cuatro horas de tu cuarentena. Comenzamos.

Primero:

Échale un ojo a estas líneas de Hijo de Jesús, el texto en cuestión, escrito por el estadounidense Denis Johnson. Unas líneas no. Mejor te ponemos un cuento completo que no demorarás quince minutos en leer:

Manos firmes en el Hospital General de Seattle

A los dos días de estar allí ya me estaba afeitando a mí mismo y hasta afeitaba a un par de recién llegados, porque las drogas que me inyectaron habían hecho un efecto asombroso. Lo llamo asombroso porque apenas unas horas antes me paseaban en silla de ruedas por los pasillos del hospital donde tenía alucinaciones con una suave lluvia estival. En las habitaciones de ambos lados, los objetos —vasos, ceniceros, camas— me habían parecido húmedos y atemorizantes, a duras penas se esforzaban en esconder sus verdaderos significados.

Me metieron un par de jeringas, y sentí como si dejara de ser una ligera cosa de gomaespuma para convertirme en una persona. Levanté las manos a la altura de los ojos. Las manos estaban tan quietas como las de una escultura.

Afeité a Bill, mi compañero de cuarto.

—No te pases con mi bigote —dijo.

—¿Voy bien por ahora?

—Por ahora.

—Voy a afeitarte el otro lado.

—Eso tiene sentido, socio.

Justo debajo de uno de los pómulos, Bill tenía una pequeña mancha en el lugar por donde una bala se le había metido en la cara, y en la otra mejilla una cicatriz un poco más larga por donde había salido el proyectil.

—Cuando te dispararon y la bala te atravesó la cara, ¿hizo algo interesante después de salir?

—¿Cómo voy a saberlo? No estaba tomando notas. Incluso cuando está atravesándote, lo único que sientes es que te han disparado en la cabeza.

—¿Y esta pequeña cicatriz de aquí, debajo de la patilla?

—No sé. Tal vez nací con ella. No la había visto hasta ahora.

—Algún día la gente leerá sobre ti en un cuento o en un poema. ¿Te describirías a ti mismo para esas personas?

—Oh, no sé. Soy un gordo de mierda, supongo.

—No. Te lo digo en serio.

—No vas a escribir sobre mí.

—Oye, soy un escritor.

—Bueno, entonces di solo que tengo exceso de peso.

—Tienes exceso de peso.

—Me han disparado dos veces.

—¿Dos?

—Una vez cada una de mis esposas, un total de tres balas que hicieron cuatro agujeros, tres de entrada y uno de salida.

—Y todavía estás vivo.

—¿Vas a cambiar algo de esto para tu poema?

—No. Todo va a aparecer así, palabra por palabra.

—Es una lástima, porque el preguntarme si estoy vivo te hace parecer un tanto estúpido. Es obvio que estoy vivo.

—Bueno, tal vez me refería a estar vivo en un sentido más profundo. Puedes estar hablando, y aun así no estar vivo en un sentido más profundo.

—No te puedes hundir más profundo que en la mierda en la que estamos ahora.

—¿Qué quieres decir? Aquí se está genial. Hasta te dan cigarrillos.

—Todavía no me han dado ninguno.

—Aquí tienes.

—Vaya, gracias.

—Devuélvemelos cuando recibas los tuyos.

—Ya veremos.

—¿Qué dijiste cuando ella te disparó?

—Dije: «¡Me has disparado!».

—¿Las dos veces? ¿Con las dos esposas?

—Con la primera no dije nada porque me disparó en la boca.

—Así que no podías hablar.

—Me había desmayado, por eso no podía hablar. Y todavía recuerdo el sueño que tuve mientras estaba inconsciente.

—¿Cómo era el sueño?

—¿Cómo podría contártelo? Era un sueño. No tenía la menor jodida lógica, hombre. Pero lo recuerdo.

—¿No podrías describirlo ni un poquito?

—No tengo la menor idea de cómo sería esa descripción. Lo siento.

—Cualquier cosa. Lo que sea.

—Bueno, para empezar es un sueño que vuelve una y otra vez. Es decir, cuando estoy despierto. Cada vez que recuerdo a mi primera esposa, recuerdo que ella apretó el gatillo y, entonces, aquí viene el sueño… Y el sueño no era… no había nada triste en ese sueño. Pero cuando lo recuerdo, me hace sentir como «Joder, hombre, ella, de verdad, ella me disparó. Y aquí viene ese sueño».

—¿Has visto Follow That Dream, esa película de Elvis Presley?

Follow That Dream. Sí, la he visto. Estaba a punto de mencionarla.

—Vale. Ya estás listo. Mírate en el espejo.

—Bien.

—¿Qué es lo que ves?

—¿Cómo he engordado tanto si nunca como?

—¿Eso es todo?

—Bueno, no lo sé. Acabo de llegar.

—¿Y qué hay de tu vida?

—¡Ja! Esta sí que es buena.

—¿Qué hay de tu pasado?

—¿Qué pasa con él?

—¿Qué es lo que ves cuando miras atrás?

—Autos destrozados.

—¿Con gente dentro?

—Sí.

—¿Quiénes son?

—Personas que ahora no son más que carne, hombre.

—¿Es así realmente?

—¿Qué sé yo cómo es? Acabo de llegar aquí. Y apesta.

—¿Estás bromeando? Te meten Haldol a litros. Es mejor que un jardín de infancia.

—Eso espero. Porque he estado en sitios donde todo lo que hacen es envolverte en una manta húmeda y darte para morder uno de esos juguetitos de goma para cachorros de perro.

—No me molestaría pasar aquí un par de semanas al mes.

—Bueno, yo soy más viejo que tú. Tú todavía puedes subirte un par de veces más a esta noria y bajarte con tus brazos y piernas en los lugares correctos. Yo no.

—Oye, no te está yendo mal.

—Dilo aquí dentro.

—¿Que lo diga en tu agujero de bala?

—Dilo en mi agujero de bala. Dime que estoy bien.

***

Segundo:

Si lo anterior no te ha vendido este libro de relatos, te dejamos con algunos fragmentos que seleccionamos a partir de capturas de pantalla:

***

Tercero:

Cierto, no te hemos dicho de qué va, ni te hemos dado detalles sobre el autor. Allá vamos.

Un resumen bien corto: Once relatos enrarecidos por las drogas, el alcohol, la muerte y otras existencialismos sociales. El texto fue publicado por primera vez en 1992 y convirtió a Denis Johnson en un autor de culto. En 1999 sería llevado al cine.

El escritor nació en 1949 y falleció en 2017. Su novela Árbol de humo (2007) fue galardonada con el National Book Award de Estados Unidos, uno de los premios literarios más importantes del mundo y también acabó como finalista en la edición del Pulitzer de ese año. También escribió poesía, ensayo y teatro.

¿Qué toca ahora? Llégate por nuestro canal de Telegram y, literalmente, descárgale.

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