Zelda Wynn, la diseñadora cubana que revolucionó la moda

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Zelda Wynn gozó de un gran prestigio en el mundillo del espectáculo. Foto tomada de Tumblr.

A inicios de 2019, The New York Times rendía homenaje a “notables hombres y mujeres negros” que han sido pasados por alto en varias ocasiones, pero hicieron historia. Entre ellos figuraba Zelda Wynn Valdés (1904-2001), de madre afroamericana y padre cubano, nacida como legítima habanera, y quien se convirtió en una revolucionaria del mundo del diseño de moda.

La historia de Zelda estuvo ligada a la confección de prendas desde sus inicios. Sus padres, Ann Barbour y José Valdés, se conocieron en La Habana gracias a la iniciativa del hermano mayor de Ann de aprovechar el apogeo de los ateliers en Cuba y llegarse hasta la isla para montar su propia “Casa de Vestir”. En la calle Mercaderes, algunos medios así lo reseñan, estaba situado el pequeño taller.

Gracias a la costura, su familia materna pudo sobrevivir a la Primera Guerra Mundial. Su abuela, para quien Zelda confeccionara su primera prenda, aprovechó el perído bélico para diseñar y coser uniformes para los soldados confederados y llegó a tener una tienda de mucho prestigio entre la clientela negra.

Sin embargo, la vida de Zelda estuvo, de igual modo, ligada a los prejuicios y a la racialdiad propia de la época. Nacida en el hospital habanero La Covadonga, aunque se inscribiera oficialmente en los censos estadounidenses en 1905, cuando Zelda dio sus primeros pasos en el mundo de la moda, siendo una adolescente, la segregación racial era muy fuerte. Para las mujeres solo estaba reservado el puesto de ayudantes o costureras y los diseñadores, por lo general, eran hombres y blancos.

Aun así, esta mujer demostró la entereza y el fuerte espíritu que la caracterizó y logró grandes éxitos en su vida profesional:

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  • En 1948 abrió su primera boutique nombrada “Chez Zelda” (inspiración de las casas de aute couture francesas). Este local, ubicado en Broadway, New York, se convirtió en la primera propiedad de su tipo en estar regentada por una mujer afroamericana.
  • Por su atelier pasaron muchas celebridades. Diseñó, a medida, prendas exclusivas para Josephine Baker (la Venus de Bronce, la primera afroamericana en protagonizar un filme importante), Ella Fitzgerald (la Reina del jazz, una de las cantantes más influyentes de este género), Marian Anderson (cantante contralto estadounidense e ícono de la lucha racial), Marlene Dietrich (actriz y cantante alemana), entre otras.
  • Su labor con la cantante Joyce Bryant merece una mención especial. La estrella conocida como «la Marilyn Monroe Negra», una soprano espectacular, tenía una atractiva imagen que había sido ideada por Zelda. La diseñadora cambió la manera conservadora de vestir de la cantante y resaltó sus curvas con vestidos ceñidos y pronunciados escotes. Es este uno de los aportes que más destacan los especialistas sobre su trabajo: ayudó a popularizar y definir el aspecto de la silueta de una mujer a través de la ropa.
  • En la década de 1950, diseñó los primeros trajes para las conejitas de Hugh Hefner (icono de la revolución sexual y fundador de la revista Playboy). Este siempre le agradeció por haber dotado a sus chicas de una imagen única y glamurosa y confió en ella, en primer lugar, porque la consideraba “la reina de todo lo descarado, elegante y sexy en ropa de mujer”. Con ello, Zelda marcaría para siempre la identidad de Playboy.
  • Con 65 años de edad, alrededor de 1970, diseñó el vestuario de la primera compañía negra de ballet a cargo del maestro Arthur Mitchell. Nancy Deihl, autora de La historia oculta de la moda americana: redescubriendo las mujeres diseñadoras del siglo XX, escribió: «Ella eliminó las medias rosadas tradicionales del ballet … todos los bailarines usaban medias que estaban teñidas para combinar con su tono de piel (…) fue parte de una nueva estética que abogó por la diversidad».
  • Fue cofundadora y presidenta de la Asociación Nacional de Moda y Complementos (NAFAD), grupo industrial cuyo principal objetivo era ayudar a la promoción de los profesionales negros del diseño. Este movimiento tuvo gran importancia en un entorno bien marcado por el racismo y la discriminación.
  • Aunque siempre fue muy reservada con su vida, se conoce que dejó su impronta en más de 82 producciones de ballet, 38 películas y un centenar de shows y espectáculos musicales en más de una veintena de países.
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